Por Miguel J. Culaciati
Recuerdo muy bien cuando llegó a mis manos, recomendado por un querido amigo, «Sapiens: De animales a dioses» de Yuval Noah Harari en el año 2015. Fue como si alguien hubiera logrado, al fin, traducir la complejidad de la humanidad a un lenguaje fascinante y a la vez simple y revelador. Cada página que iba leyendo abría la puerta a preguntas esenciales: ¿cómo llegamos hasta aquí?, ¿qué nos distingue realmente de otras especies?, ¿qué futuro estamos creando? Desde aquel entonces, Harari se ha convertido en uno de los intelectuales que apunta, sin concesiones, a los dilemas más críticos de nuestra actualidad.Más adelante continué con «Homo Deus, breve historia del mañana» que también me conmovió al mostrar un horizonte tan deslumbrante como inquietante, un futuro donde la tecnología podría reescribir lo humano, donde los dioses de la mitología darían paso a algoritmos omniscientes y corporaciones todopoderosas. Completé la trilogía en 2019 con «21 lecciones para el siglo XXI», y allí el desafío era mayor: entender el presente con una mirada cruda, libre de prejuicios y conceptos pre digeridos. Harari desenmascara el espejismo del progreso y llama a reflexionar sobre un mundo inundado de información, pero hambriento de sabiduría y valores humanos. Seguí este historiador como lo hice con el filósofo de origen surcoreano Byung Chun Han que también iba abordando paso a paso en su cadena de libros (desde “La sociedad del cansancio” en 2010), la incidencia en nuestra calidad de vida de las nuevas tecnologías.
Ahora, habiendo llegado a «Nexus, una breve historia de las redes de información desde la edad de piedra hasta la IA «, noto que Harari vuelve a encender el semáforo, pero esta vez en amarillo: realiza una clara y grave advertencia antes de cruzar la peligrosa intersección entre la tecnología descontrolada y nuestra propia naturaleza.
En este nuevo libro, editado en 2024, el israelí explora cómo las ficciones, los relatos que nos dieron cohesión social —mitos, religiones, naciones— se convierten hoy en narrativas controladas por algoritmos mucho más hábiles que nosotros para contar historias y manipular comportamientos. La idea de que la información es un nexo más que un reflejo objetivo de la realidad resulta profundamente inquietante e innovadora. ¿Qué pasará cuando dejemos que máquinas decidan entonces qué es real y qué no?
En el capítulo «Errores: la fantasía de la perfección», Harari cuestiona nuestra confianza ciega en la tecnología y el espejismo de infalibilidad que proyecta. Su advertencia es clara: la perfección es un mito peligroso. En un mundo donde delegamos cada vez más decisiones en sistemas que no descansan ni dudan, corremos el riesgo de desconectarnos de lo que nos hace humanos: la capacidad de errar, de aprender, de cambiar de opinión. Esa imperfección tan humana es la que ha impulsado nuestro avance.La posibilidad cierta de un mundo fragmentado cobra vida en el capítulo «La cortina de silicio: imperio global o fractura global». El autor “dibuja” un futuro donde el planeta se divide en ecosistemas tecnológicos incompatibles, controlados por superpotencias como Estados Unidos y China. Las líneas divisorias no serían ideológicas (como lo fue en el caso de la etapa de la guerra fría) sino tecnológicas, trazando un mapa de alianzas y enemistades que podría definir el siglo XXI. Un panorama tan aterrador como posible.
Harari no nos ofrece certezas cómodas, sino advertencias urgentes. Su último libro es un semáforo en color amarillo que parpadea, advirtiéndonos que si no miramos bien antes de avanzar, podríamos quedar atrapados en una trampa de nuestra propia invención. Seremos en realidad sabios los “sapiens”.
«Nexus» no es un manual de soluciones, sino una llamada a despertar antes de que un futuro distópico nos aplaste. La necesidad de regular una tecnología tan o más peligrosa que la nuclear requiere la urgente participación de todos. Es momento de parar la carrera suicida, observar y preguntarnos si las narrativas que nos han guiado aún nos sirven o si es momento de escribir nuevas historias.
Al final, quizás la elección más valiosa sea recordar lo que nos hace humanos, antes de que las ficciones algorítmicas nos diseñen a su antojo.
Miguel J. Culaciati
Marzo de 2025