Con casi todas las actividades económicas ya habilitadas, incluidas las artísticas y culturales, que fueron las últimas, aún hay una industria que está con la ansiedad al límite a la espera del visto bueno: los cines de Rosario.
Mientras los shows teatrales y musicales y hasta las salas de juego como los casinos recomenzaron su actividad este mes de diciembre, las salas cinematográficas aguardan por la bandera de largada, como ya el sector consiguió en la vecina Entre Ríos, por ejemplo.
El parto, está visto, se estira ya más allá de los nueve meses desde el comienzo de la cuarentena. La provincia debe pedir autorización a Nación, debido a que rige el distanciamiento nacional al menos hasta fines de enero, y una vez que esté ese aval no quedarán más barreras.
Los protocolos presentados limitan la cantidad de espectadores, e implementan medidas ya clásicas como la trazabilidad, el control térmico, el tapaboca, la limpieza de manos, y la compra no presencial de entradas e incluso de comidas y bebidas. Entre función y función habrá limpieza de la sala.
Las cadenas Monumental, Showcase, Cinemark Hoyts y Cinepolis son las que llevan adelante el reclamo de reapertura, vital para 500 familias de la ciudad, que hasta el momento, en el caso de los 350 empleos directos, han recibido la mitad de su sueldo vía ATP.
La industria a nivel global no escapa a las generales de la ley, pero en estos meses de pandemia igual ha habido estrenos que se han acumulado. Son esos filmes los que se podrán ver en las pantallas locales este verano, apenas llegue el demorado permiso.
