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Película recomendada: «No miren arriba»

Leonardo Di Caprio ha sido noticia, en nuestro país durante esta semana, por dos cosas, una fue la publicación de un contundente posteo en su cuenta de Instagram en donde se mostró a favor de la creación de un nuevo parque nacional en la provincia de Córdoba y la segunda nos anunciaba que su última película «No miren arriba» se estrenaba en Netflix.La película pasó sin pena ni gloria por las salas argentinas, veremos que sucede en su paso por las pantallas chicas hogareñas. Yo la vi y puedo decir, contradiciendo a las críticas especializadas y pseudo intelectualoides, que me gustó y me hizo reír bastante, la recomiendo por varias razones, por las actuaciones imperdibles de Di Caprio, Meryl Streep, Cate Blanchett y Jennifer Lawrence, todos ellos ganadores de uno o varios premios Oscar, cosa que no garantiza una buena actuación pero en el caso de estos cuatro monstruitos tenemos la certeza que no nos defraudarán, y así fue.

La película es una sátira grotesca de indudable actualidad como es la despreocupación por el cambio climático, por la ausencia de políticas de estado para hacer frente a esta realidad acuciante y la sordera general a las alertas que los científicos anuncian. Y es en estos temas donde la crítica apunta con misiles descalificativos al considerar que el guion los frivoliza, que no los trata con la importancia que merecen.

The Hollywood Reporter la destrozó en su crítica al definirla como «una sátira cínica, insufriblemente engreída y llena de estrellas que pretende comentar la falta de atención política y mediática a la crisis climática, pero que en realidad solo la trivializa». En ese mismo sentido, Indie Wire coincidió en que su guion es bastante banal y apuntó que «no es lo suficientemente inteligente para ser una llamada de atención ni lo suficientemente impactante para asustar a la gente».

 

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Comentarios, a mi criterio, desubicados ya que la película no es un documental que trata estos temas a nivel científico, ni intenta serlo además, es justamente una película de ciencia ficción, si queremos categorizarla correctamente, que satiriza con el grotesco y la exageración para que tenga más relevancia y poner en evidencia ciertas cuestiones tan actuales como el papel de los medios de comunicación como portadores de la verdad, el interés desmedido y depredador de los empresarios exitosos y mediáticos, y sus alianzas con los gobiernos oportunistas. Pero no es un alegato científico es una película y como tal hay que tomarla. Las alertas de que se acerca el fin del mundo por un cometa gigantesco que se dirige a la tierra son tomadas por todos, prensa, gobierno, ciudadanos incluidos en saco roto, nadie les cree a los científicos (Di Caprio y  Lawrence) que vanamente intentan ser escuchados y tomados en serio, los gags son desopilantes y Meryl en el papel de la presidenta de Estados Unidos está alucinante.  “Había tantas personas para inspirarse. En los últimos años hubo muchas personas absurdas que se posicionaron en cargos públicos. Y lo hicieron descaradamente. Fue divertido armar este personaje que está en el lugar donde su voracidad quería, porque ahí puede amasar poder y dinero, más poder y más dinero. Pero no hay ningún sentimiento de compañerismo, y ese es, desafortunadamente, el costo de ser un servidor público ahora. Realmente hay que hacer un gran sacrificio. La familia lo hace, y hay que estar dispuesto a hacerlo. Ahora más que nunca necesitamos a esas personas”  reflexionó la actriz.El director y también guionista Adam McKay comentaba recientemente en una conferencia de prensa que promocionaba el film  “Queríamos abordar la crisis climática, que es tan abrumadora y posiblemente la mayor amenaza a la vida en la historia de la humanidad. En esta película se puede sentir urgencia, tristeza y pérdida, al mismo tiempo que tiene mucho sentido del humor. Y esa era mi intención. Después de los últimos cinco o diez años locos que venimos teniendo en todo el planeta, ¿no sería bueno reírse de algo de esto? Ese fue el enfoque, porque creo que nos golpea una especie de charla previa al día del Juicio Final. Lo cual, por cierto, es totalmente legítimo en lo que respecta al cambio climático. Pero me pareció que era importante que el público pudiera reírse y tener cierta distancia. La risa es un gran elemento unificador porque realmente no se puede fingir, nunca funciona cuando intentás fingirla”.En esa misma entrevista presentación Leonardo Di Caprio no se quedó atrás:

–¿El interés por el medioambiente te animó a participar en esta película?

–Sí, durante décadas busqué una película que tratara sobre el cambio climático, pero es un problema que todos sienten que está en última instancia. La pregunta es qué diferencia podemos hacer nosotros, qué podemos aportar a esta causa. Y Adam realmente descifró el código, porque hay muchas comparaciones posibles entre esta historia y la crisis climática. Creo que es, probablemente, el tema más importante del que todos deberíamos hablar de forma regular. Se necesitan artistas como Adam para cambiar la narrativa.

–¿Esperás que No miren arriba cambie la percepción del público sobre la ciencia?

–Adam pensó una película sobre la crisis climática, pero creó una sensación de urgencia haciéndola sobre un cometa que golpeará la Tierra y cómo la ciencia se politiza frente a eso. Estoy agradecido de interpretar a un personaje que se basa únicamente en personas de la comunidad científica que he conocido. En particular, científicos especializados que han estado tratando de comunicar la urgencia del problema climático, pero sentían que estaban limitados a la última página de los diarios. Y me encanta que Adam lo haya hecho a través de dos personajes tan diferentes. El personaje de Kate es increíblemente franco, como a su modo lo es Greta Thunberg. Mi personaje, en cambio, trata de jugar dentro del sistema. Pero también me encanta la forma en que es muy sincero sobre cómo hoy en día estamos terriblemente distraídos sobre este tema.

–¿Tu militancia medioambiental hizo que fuera más fácil entender los discursos fuertes del personaje?

–Mucho. Creo que hablé como si fuera un científico del clima a través de la lente de un astrónomo. Y fue increíblemente útil la convergencia de estos dos mundos, que es lo que Adam trató de hacer tanto con este personaje como con toda la película. Trabajamos ese discurso probablemente unas 50 veces juntos. Quería articular la frustración de la comunidad científica, cómo uno está sentado en un púlpito diciendo la verdad y nadie le cree. Hay muchas cosas, muchos ruidos, que ahogan el mensaje principal. Trabajamos mucho para tratar de comprender cómo estaría uno al darse cuenta de que el mundo se está desmoronando.Bueno, ya escucharon lo que comentaban dos de los actores y el director, ahora solo resta mirar la película y ver si coinciden conmigo o con la crítica especializada. Que tengan un buen domingo de película.