¿Qué es el amor prohibido o clandestino? ¿Estos amores son menos valiosos o más intensos?
Como sabemos la clandestinidad es algo secreto, oculto y estas características son debido al temor que embarga a uno de los dos intervinientes o los dos, en que esa fogosidad que se vive entre cuatro paredes sea develada.
Estos dos sujetos deciden pasar sus años por ese territorio propio, que puede ser corto o hasta que la longevidad los envuelva.
La combinación de amor y clandestinidad es de por si incongruente, siendo el amor la emoción más vivida y placentera que se puede experimentar. En cambio lo oculto, secreto; muchas veces nos lleva a elaborar una de las emociones más angustiantes de sostener. Serán estos antagonismos lo que convierte estos encuentros en irracional, pasional y mágico.
En esta humanidad siempre se castiga al tercero que aparece en los famosos vínculos estables y socialmente correctos, ya sea mujer o varón, pero más castigo se percibe si el lugar de terceridad es ocupado por una mujer.
¿Pero sabemos que sucede con ellos? porque se quedan años y años en las sombras sin pedir nada, sin poder tocar desde la profundidad del alma a este otro en cualquier momento y cuando se les apetece. ¿Será que ocupan un lugar de rescate de ese vínculo social, serán los mantenedores de matrimonios sociales, o sociedades matrimoniales?
Aceptan esconderse o eligen cuidarte y por eso se protegen que nadie los descubra.
Desde la antigüedad se habla y narra sobre los amores ocultos. Se sabe que muchos de los “amantes sostenedores” son los principales motores del silencio, ya que no desean ser descubiertos debido que si eso sucediera se pone en juego la pasión que conlleva el secreto.
También nos encontramos casos en donde el que lleva adelante un matrimonio apela al melodrama y desean ser descubiertos anhelando que sus amantes no sean tan sumisos, debido a que hay un más allá de la pasión y el fuego de la clandestinidad y es la adrenalina que les produce estar bordeando los límites de que todo salga a la luz.
Cuando enuncio los amantes sanos, me refiero a aquellos que respetan el acuerdo que se pacto en el inicio del vínculo teniendo muy en claro cuál es su lugar, su espacio y sus tiempos. Prefieren vivir el amor en tiempos coordinados en donde la intensidad y la pasión se convierten en el volcán de Cumbre Vieja. Disfrutan de las fantasías y encuentros más ardientes ya que eligen no tener la cotidianeidad de los pros y los contras que sobrellevan las parejas “estables”.
¿Por qué castigar a quien elige amar a otro/a de esta manera?
En esta sociedad aun machista y con mucho por cambiar, al día de hoy se mantienen patrones pre históricos, se dice que si la tercera es una mujer, seguramente lo vive o saca algún provecho del pobre señor. Pero si el tercero es un hombre, obviamente está usando a la amante para sacarse el gusto. Cualquiera de las formas que conformen el conjunto de amantes, siempre se castigara a la mujer.
Hay amantes eternos que fueron inmensamente felices, porque eran ellos mismos viviendo el erotismo, el sexo, la sexualidad desde la mayor libertad y transparencia que puede existir en la construcción de los lazos clandestinos. Porque cuando están juntos el mundo se desvanece y es en los brazos de su amante en donde encuentran todo, porque se regalan la simplicidad de amarse, olerse, vibrarse en tiempos escuetos pero reales e intensos.
Se torna poco valorable el tiempo que el otro les dispensa porque generalmente no les sobra o deben hacer piruetas para ese encuentro, tanto de un lado como del otro, es entonces en donde se están eligiendo mucho más de lo que se cree. Porque optan por sobre todo encontrar el tiempo y el momento para sentirse.
Solo aquellos que esperan y aman desde el alma pueden vivir estos amores que se los denomina clandestinos.
Muchos hablan de la energía vital que estos encuentros dejan en la piel, en el alma y en el cuerpo. Eso que los llena a través de las caricias y el fuego que marca la intensidad de optimizar el tiempo que tienen para gozarse.
Preferirse mas allá de lo estrictamente establecido deja en la piel el acto de percibirse con todos los sentidos, entremezclando el amor, la pasión y la lujuria que viven estos amantes que se eligen en silencio pero se encienden en cuerpo y alma.
Ojala algún día te amen clandestinamente…
