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Peli recomendada: «No dejes de mirarme»

Un pintor cuya infancia y juventud se vio marcada por uno de los episodios más devastadores de la humanidad. Un hombre que junto al resto del país no solo busca rehacer su vida después de la terrible catástrofe, sino también de encontrar su propia voz e identidad.

NO DEJES DE MIRARME es un melodrama de proporciones épicas que nos conduce por tres décadas en la vida de Kurt Barnert (Tom Schilling). Desde su infancia en la ciudad de Dresden en 1939, Kurt soñaba en convertirse en un importante pintor. El pequeño gozaba recorrer las galerías de arte moderno en compañía de su tía Elisabeth (Saskia Rosendahl), quien siempre le inculcó a observar y apreciar la belleza del mundo exterior. Luego de ser diagnosticada con un trastorno mental, Elisabeth es enviada a una institución comandada por el profesor Carl Seeband (Sebastian Koch), un médico al servicio del régimen nazi. Kurt jamás vuelve a saber de su tía, pero sus últimas palabras lo acompañan en todo momento: «nunca dejes de mirar».

Años más tarde, al término de la Segunda Guerra Mundial, se respira un aire de desesperanza. Pese a que el socialismo impuesto en Alemania del Este ha coartado la libertad de expresión de los artistas, el protagonista decide continuar con sus estudios académicos para convertirse en pintor. Ahí conoce a Ellie (Paula Beer), otra estudiante universitaria, de quien se enamora profundamente a primera vista. Ambos deciden huir al oeste en busca de mejores oportunidades, sin imaginar que el destino les preparará varias volteretas.No dejes de mirarme va desarrollándose lentamente, como un pintor frente a un lienzo en blanco que poco a poco va realizando sus trazos hasta mostrarnos la obra final. Así como un artista expresa sus sentimientos a través de su creación, lo mismo sucede en esta historia. Es imposible describir con palabras la reacción al terminar de ver la película. Un torbellino de emociones que reconcilia el pasado y el presente del protagonista de forma magistral.No dejes de mirarme es un viaje de auto-descubrimiento, no sólo del protagonista, sino también de una nación que ha sido fragmentada por el odio.

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