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¿Artista o emprendedor?

En las últimas décadas, el mundo del arte ha experimentado una transformación significativa. Los artistas plásticos contemporáneos han dejado de ser solo creadores de obras para convertirse en emprendedores y empresarios, que buscan  ser una marca registrada hacerla crecer y convertirla en un  negocio rentable a través de una amplia gama de estrategias que hoy ofrecen las redes tiene acceso.

Este nuevo perfil de artista emprendedor con mentalidad empresarial  se debe, en gran medida, a la globalización del mercado del arte, que ha hecho que las obras de arte se conviertan en una inversión valiosa y en un medio para demostrar estatus social o valorar la actividad artística. Como resultado, los artistas se nutren de nuevas herramientas como marketing digital, estrategias de venta, intentando abrir un nicho que le sea rentable, un enfoque más empresarial para su carrera artística, utilizando la gestión de negocios para hacer crecer su marca y su presencia en el mercado.

Una de las principales estrategias utilizadas por los artistas es la creación de su propia marca personal. Muchos artistas utilizan recursos estéticos y herramientas de marketing para convertir su obra en un producto consumible. Investigan por sus propios medios o recurren a personas que se especializan en cada área a desarrollar. Todo es válido si el objetivo es vivir del arte.

Además de utilizar las redes sociales y los sitios web para promocionar su trabajo, muchos artistas plásticos  también se han asociado con marcas comerciales y organizaciones  con y sin fines de lucro para crear colaboraciones y proyectos conjuntos. Estas colaboraciones no solo les permiten aumentar sus exposiciones de manera rápida sino posicionarse dentro del mundo comercial. Ya no es importante crear  un CV abultado, lo importante es como ese artista y esa obra se posiciona en el mercado. Otro recurso utilizado por los artistas es la diversificación de sus fuentes de ingresos. Muchos han ampliado su oferta de servicios para incluir la creación de obras de arte personalizadas, la realización de talleres, NFT y la participación en proyectos de diseño, La vinculación con personajes famosos e influencers. Al diversificar sus ingresos, pueden hacer frente a la incertidumbre del mercado del arte y asegurar una fuente de ingresos más constante y previsible.

A pesar de estos planes empresariales, algunos artistas plásticos han sido criticados por comercializar demasiado su trabajo y por sacrificar su integridad artística en favor de la rentabilidad. Sin embargo, muchos defienden la importancia de adoptar un enfoque empresarial para su carrera artística, argumentando que es una forma de asegurar su sostenibilidad y  continuidad en el tiempo.Las industrias culturales son una gran fuente de ingresos para las políticas comerciales, por Ej EEUU representa el 38%,de la venta en subastas,  le sigue China con el  25%, y Reino Unido 20%, Estas cifras amplían las esperanzas y  posibilidades de que una obra sea un producto factible de ser comercializado, si se hace del modo correcto en nuestro país,  la obra se inserta como un gran competidor y se está ubicando como “producto” una analogía, sin ir más lejos ha sido en su momento el  El Pop Art (“Arte Pop” en español) que fue un movimiento artístico surgido a mediados del siglo XX (1950-1960) en Gran Bretaña y Estados Unidos, y que constituyó una respuesta al expresionismo abstracto que imperaba en las artes plásticas de la época inspirado en la cultura de masas y el imaginario del consumo capitalista, el Pop Art se caracterizó por su estética popular y comercial, que echó mano a la publicidad, al cómic, al cine y a los objetos de consumo más cotidianos. Fuente: https://concepto.de/pop-art/#ixzz7x9wT0J8j

Hoy lejos de ser una teoría vanguardista, como lo fue el Pop-art vaticinaba la tendencia del artista contemporáneo que busca indefectiblemente una manera de comunicar y un medio de vida, para muchos creativos es una la pugna a codos de lograr ser visto, en la inmensidad y necesidad de destacarse en una economía tan diversificada, feroz y cambiante.

En conclusión, la transformación de los artistas en emprendedores y empresarios son ni más ni menos un  reflejo  los cambios en la economía global y en la industria del arte. A través de la creación de su propia marca personal, la diversificación de sus fuentes de ingresos y la colaboración con marcas comerciales y organizaciones,  han encontrado nuevas formas de hacer crecer su visibilidad a través de su marca, que su obra sea reconocida y su negocio crezca de modo exponencial  y así asegurar su sostenibilidad y trascendencia en el  largo plazo.