Francisco Davicino, nacido en 1985 en Santo Tomé, Provincia de Santa Fe. A los siete años se mudó a la ciudad de Córdoba, donde creció como un cordobés autóctono.
Francisco, recuerda que de chico pasaba el tiempo pintando las hojas de los libros para colorear, sin salirse de los bordes.
“Para el cursado de la materia troncal de Arquitectura, en la UNC, nos encargaron comprar materiales para hacer nuestra primera maqueta. Fui a la librería y con la plata para la maqueta me compré El espejo mágico de M.C. Escher. Con ese libro, se despertó en mí la vocación por las Artes Visuales y la división de las superficies. Mientras cursaba mi segunda carrera, esta vez Paisajismo y Diseño de Interiores, fue clave la asignatura Historia del Arte donde conocí a Vasili Kandinski. Ahí me convertí en amante del arte abstracto”.
En 2015 se instaló en Rosario. Comenzó a explorar las artes visuales de manera autodidacta y menciona que: “Navegando por las redes sociales descubrió el muralismo contemporáneo de la mano de artistas como Rubin415, Felipe Pantone, Okuda San Miguel y Demsky, entre otros. El resultado de esta búsqueda fue sentir la necesidad de comenzar a expresarme con murales”.
En el 2019 realizó catorce murales, en diferentes partes de la ciudad.
Al poco tiempo de iniciarse en el muralismo ganó una convocatoria de una importante cadena de pinturerías. De esta forma realizó las obras más furtivas hasta el momento: cinco murales de gran formato y alto impacto visual, en el centro comercial más importante de la ciudad.
Es fundador y director de las galerías de arte, con espacios virtuales y físicos, Basquiat Gallery de Rosario y Cadillac Gallery de Buenos Aires, ambas en Argentina.
Detrás de su arte
Para pintar murales utiliza la técnica de la cuadrícula y para pintar cuadros, usa hidroesmalte sobre madera, acrílico sobre lienzo y también impresión sobre canvas, reveló el artista.
Un mural en menos de un minuto
