Press "Enter" to skip to content

Viaje hacia el universo íntimo de Manucho Mujica Lainez

 

Por Miguel Culaciati

Se cumplen este 21 de abril cuarenta años de la muerte del inimitable Manucho Mujica Lainez. Tenía 73 años. Eligió ser sepultado en el cementerio de Los Cocos, cerquita de «El Paraíso» que había encontrado a fines de los sesenta, luego de jubilarse en el diario La Nación, para establecerse y pasar los últimos veinticinco años de su vida en medio de la zona más bella  de las sierras cordobesas.

Buena excusa entonces para visitar su Casa Museo, que se inauguró allá por 1987, en Cruz Chica, a minutos de La Cumbre. Recorrer El Paraíso, mas allá de ser un itinerario por espacios físicos plenos de objetos históricos y arte, puede transformarse, si la sensibilidad del visitante se predispone, en una experiencia única que permite viajar por el universo íntimo del distinguido escritor. Figura emblemática de la literatura argentina, Manucho dejó un legado literario rico y vasto. La casa museo es un espejo fiel de su vida, su obra y sus pasiones, también de su derrotero existencial y sus misterios.

El Paraíso fue su “hogar de letras” y así lo confirman los ecos de sus de sus historias que se revelan como murmullos de secretos compartidos entre las páginas de «Invitados en el paraíso», «El laberinto», «Bomarzo», «El escarabajo» y «Misteriosa Buenos Aires», entre tantas otras. Desde el estilo mismo de la casa ( obra del gran arquitecto León Dourge que dejó su huella en varias mansiones históricas de la zona) hasta los objetos personales que la pueblan, cada detalle nos remite a una historia y nos invita a descubrir los rincones más íntimos del espíritu sensible y creativo de Mujica Lainez.La mansión y su rica colección de cuadros, libros y objetos (algunos de ellos verdaderos tesoros) refleja el refinamiento característico del autor. Sus salas decoradas con muebles antiguos, tapices exquisitos y obras de arte evocan la atmósfera de la alta sociedad en la que se movía Mujica Lainez. Contemporáneo y amigo de Borges, de Bioy Casares, de Victoria Ocampo, protagonistas de una época que marcó a fuego nuestra cultura e identidad.

Cada ambiente de El Paraíso es como un capítulo de su vida, revelan sus gustos, su pasión por la historia y su profunda erudición. Su fascinación por la música, los viajes, las antiguedades y la ópera también se evidencian, paso a paso.

Desde su escritorio, donde plasmaba sus ideas mediante una vieja “Underwood”, hasta sus libros favoritos, llenos de anotaciones y reflexiones, transparentan alguna faceta de su inagotable mundo interior. Todo dentro de una atmósfera de misterio que hace la visita mucho más atrayente. Sus largos pasillos, sus habitaciones hoy silenciosas y los objetos enigmáticos coleccionados a lo largo de innumerables y exóticos viajes parecen esconder secretos que solo el escritor pudo conocer.

“Un escritor sin dudas muy porteño, pero que sin embargo eligió las sierras de Córdoba para sus últimos años “ nos cuenta Liliana Martin su actual directora.

En palabras de Manucho “podría haber vivido en Francia, en Florencia, en cualquier lugar, pero compré esta casa en Córdoba. Al país de uno hay que saber sentirlo, juzgarlo, gozarlo y también padecerlo. Hay que vivir y crear en el país de uno” Liliana nos invita gentilmente a recorrer estos espacios, a sumergirnos en el universo de Mujica Lainez, donde la realidad se mezcla con la fantasía, lo cotidiano se transforma en extraordinario y lo mundano adquiere un halo de misterio. Es como si estuviéramos caminando por las páginas de una de sus novelas, donde el tiempo se detiene y los límites entre lo real y lo imaginario se desvanecen.En lo personal recuerdo su visita a mi abuelo en la gran casa familiar Villa Hortensia, en Huerta Grande, con su mujer Anita de Alvear, obsequiaron en aquella oportunidad el libro “Los porteños”
autografiado.

La casa Museo de Manuel Mujica Lainez en Cruz Chica es mucho más que un simple museo, es una invitación hacia el mundo interior de uno de los escritores más interesantes de la literatura argentina (quizá más valorado fuera que dentro del país). Al visitar el lugar, no solo podemos admirar su obra y conocer su vida, sino también experimentar la magia y el misterio que lo inspiraron a crear.

Actualmente aparte de las visitas guiadas, la Fundación ofrece variadas actividades culturales como exposiciones, conferencias, talleres, etc. Desde este último año también se puede disfrutar de un restaurante gourmet “Mola”-Terminamos la nota con sus propias palabras :
“Quien se asoma a este sitio se asoma a mi corazón y a mi memoria»

- -