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Lucho, el Messi rosarino del ajedrez que busca viajar al Mundial de la especialidad

Luciano Carrizo tiene 15 años y juega al ajedrez desde los seis, edad en la que le pidió a su mamá, Natalia Hernández, que le comprara «el ajedrez mágico de Harry Potter». Le pedía prestada la computadora a la abuela y miraba videos de personas jugando. Insistió tanto que su familia le regaló un primer tablero de cartón y le pidió «por favor» a un maestro de la escuela que lo aceptara en las clases cuando cursaba recién primer grado y sus compañeritos cuarto. Y, a falta de rivales cercanos, hasta le enseñó a jugar a su papá.

Carrizo forma parte del Programa Municipal de Ajedrez, es considerado a nivel nacional uno de los mejores jugadores de su categoría y se entusiasma con seguir creciendo en este deporte.

Actualmente es el campeón argentino en su categoría (sub16) lo que le permitió ganarse un cupo en el mundial juvenil. Si bien le dieron una beca que cubre los gastos de hotelería y comida, no están contemplados los pasajes. Además, al ser menor de edad debe viajar con un acompañante, en este caso uno de sus profesores, Cristian Sanhueza, que deberá pagar la totalidad de los gastos.

Quienes quieran ayudar pueden hacer sus donaciones a la cuenta del Banco Municipal de Fundación Rosario, quienes lo acompañan en la búsqueda de cumplir su sueño: CBU: 0650020701000000895193/ALIAS: quieroayudar. También a través de Mercado Pago: CVU: 0000003100018094545484/ALIAS: fundacionrosario o comunicándose personalmente con Luciano al número 3415889398.

La pasión de Carrizo es el ajedrez. Actualmente le dedica entre seis y ocho diarias a los entrenamientos, aunque sin descuidar las tareas de la escuela. «Tengo una beca para una escuela de ajedrez de alto rendimiento, que me la gané al salir campeón rosarino y también tomo clases online con profesores de la Federación Argentina. Lunes y miércoles con Diego Valerga, los martes con otro gran maestro Diego Flores y los miércoles con un maestro internacional, Fabián Fiorito», contó a este diario.

En ese sentido, aseguró que formarse constantemente «lo motiva». «Tener clases con tantas personas buenas de mi ciudad y del país me inspira. Me veo reflejado con ellos, quiero ser como ellos algún día y creo que voy por buen camino. Espero lograrlo», señaló.

Cuando le preguntan qué significa el ajedrez en su vida, Lucho no duda: «Es mi día a día. Me despierto y juego al ajedrez, me voy a dormir mirando cosas de ajedrez». Además, cree que le brinda otros puntos de vista sobre distintos ámbitos de la vida cotidiana. «Es una pasión que amo y agradezco un montón haber visto Harry Potter y haberlo descubierto», sostuvo en contacto con este medio.

También le agradeció a su mamá, quien lo acompaña desde siempre a todos los torneos y «es su gran compañera» y a su papá, quien aprendió a jugar al ajedrez «para hacerle frente y complicársela un poco».

Por último, el chico admite que ser campeón mundial sería un gran logro. «Quiero viajar y representar a Argentina», aseguró. Por lo pronto, ninguno de los chicos argentinos clasificados podrá viajar a la competencia. Habrá que ver si el rosarino logra juntar los fondos para llevar bien alto al país y a la ciudad.

FUENTE. Diario la capital