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Valor Rosario: Preservar, transferir y visibilizar el legado de hombres y mujeres que constituyeron la ciudad

VALOR ROSARIO

Tiene como objetivo visibilizar los activos distintivos que caracterizaron a nuestros hombres y mujeres fundadores, rescatando a través de acciones sociales y artísticas, los atributos que identifican a Rosario. ROSARIO…

Nació sin acta fundacional a comienzos del siglo XVII como Pago de los Arroyos desde que en 1689 el Capitán Luis Romero de Pineda recibió estas tierras por parte del gobierno de Buenos Aires en pago de los servicios prestados a la corona.

Luego se produjeron notables cambios en 1721, se establece Santiago de Montenegro quien instala un molino. Se fragmentó en parcelas y a partir del siglo XVII había numerosas estancias a los alrededores con un censo (1741) que indicaba entre blancos indios y mulatos 248 vecinos.

Con una fuerte explotación agro ganadera se diagramó el basamento de lo que sería la futura ciudad y la reconstrucción de la antigua capilla, y el nombramiento de Montenegro como Alcalde es cuando comienza a formarse un sentido tan propio de los habitantes que luego se llamó la ROSARINIDAD. En 1828, por su importancia, la población recibió el título de » ilustre y fiel villa» y se la denominó desde entonces como «VILLA DEL ROSARIO»

Para 1852 con el apoyo del General Justo de Urquiza pasa a ser conocida como ciudad del Rosario el Rosario de Santa Fe.

Ciudad no fundada pero que alcanzó por su estratégica posición al ser nodo de caminos virreinales y por el acceso del río Paraná. Se convertía en el año 1880 en el primer puerto exportador de la Argentina, lo que produjo un aumento demográfico importante atrayendo a corrientes inmigratorias y migraciones internas que le dieron la característica de una ciudad gringa.

A pesar que sus comienzos fueron modestos e imprecisos no postergó su crecimiento y esos primeros habitantes que comenzaron a reunirse alrededor de la capilla en el siglo XVII, se convirtieron en una heterogénea población unida por un mismo espíritu fundacional.

En el siglo XVII cuando el puerto fluvial se convirtió en nexo entre Buenos Aires y las Provincias del interior se acentúo la construcción de los ferrocarriles y así con el aporte de la inmigración y la expansión de la pampa gringa se transformó en una ciudad comercial, burócrata e industrial, definiendo sus peculiares rasgos urbanísticos y así Rosario, la ciudad no fundada se acercaba a su apogeo sin acta fundacional. La pasión nacional y el sentido de la pertenencia incentiva el apoyo de la historia de sus símbolos y sus ritos.

«Ciudad no fundada» es un registro que a los rosarinos nos incluye el júbilo, la alegría, el agradecimiento y la admiración justamente por la historia de Rosario, de sus habitantes que la hicieron posible. Nos define por su particular idiosincrasia.

A pesar de una notable injusticia distributiva desde Buenos Aires y a pesar de las profundas  fracturas internas, triunfó la mirada de aquellos que supieron ver en Rosario a su lugar estratégico y su pasión por concebirla en lo que es hoy. Supo despertar a esa «argentina escondida» y el rico universo cotidiano de sus hombres y mujeres los convirtieron en héroes anónimos como supo cantarlos Lugones en «Oda a los ganados y las mieses» un documental poético de la patria rural.

Así, Valor Rosario es el aplauso a los que creyeron en su destino y construyeron su memoria, que se sintetiza en pujanza trabajo sacrificio.

Florencia Lo Celso