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¿Quieres ser Norberto Puzzolo?

Introducción (luego del texto curatorial)

Norberto Puzzolo (Rosario, 1948) presenta un cuerpo de obras recientes. La selección pone en foco aquellas enseñanzas que, a una edad temprana, recibió de Juan Grela en su casa-taller. Un espacio clave en relación al compromiso estético y ético que Norberto asumió desde aquellos lineamientos iniciales de su lenguaje y que prontamente dieron un vuelco hacia la experimentación formal y el posicionamiento ideológico.

Fechadas entre 2020 y 2024, las presentes propuestas ponen en valor esas herramientas fundamentales en la construcción de su obra que son reelaboradas y reactualizadas en esta ocasión, a través de medios de producción diferentes a su habitual hacer fotográfico.

Collage, instalación, trabajos digitales, junto a obras audiovisuales y material documental perteneciente a su archivo personal, configuran el recorrido por las salas que, lejos de un relato cronológico, intenta visibilizar esos recursos de su aprendizaje y los artilugios de la construcción de su imagen.Sala 1 (99 formas…)

Las premisas impartidas por su maestro sobre el color y su clasificación, la forma y sus tipos, el espacio y los modos de componerlo son retomados por Puzzolo en esta obra. Trabajada a partir del collage —un recurso tanto plástico como conceptual, recurrente en su producción—, cada pieza parece evocar aquellos ejercicios que el artista ensayaba repetitivamente a partir de las consignas dadas por Grela en su taller o volcadas  en su cuaderno de tareas.

“Figuras que tocan el borde del plano”, “figuras separadas entre sí que no tocan los bordes” son algunas de las composiciones que el artista practicó lúdicamente sobre estas superficies cuadrangulares a partir de la repetición de formas geométricas de tintes planos y saturados, donde la sección áurea o número de oro (herramienta muy explorada por Grela desde mediados de los años 50) parece hacerse presente intuitivamente, en algunas de ellas.Tal vez el tiempo suspendido que atravesó el mundo en 2020 le permitió volver —pero con la experiencia adquirida a lo largo de sus más de cincuenta años de trayectoria— a esos aprendizajes de su adolescencia, a esas exploraciones frescas que, en esta oportunidad, primero plasmó digitalmente a modo de juego para luego volcarlas sobre estas láminas de colores. Materiales atesorados por Puzzolo y reencontrados en su estudio durante la pandemia también. Cartulinas desechadas por la imprenta Grafinton, Verger y Cía. en la que trabajó por varios años de la década del 60 mientras tomaba clases con Grela en su taller. Un espacio de formación artística de carácter libre y modernizador, referencial en la ciudad que operó como alternativa fuerte a dos relevantes instituciones de arte: la escuela universitaria y la Provincial de Artes Visuales.

Sala Central grande (la basura)

En 2020, transitando un momento de gran incertidumbre, Puzzolo comenzó a realizar otra serie de trabajos en los que aplicó las enseñanzas aprendidas durante su permanencia en el taller de Juan Grela. Se presentan como un conjunto de tareas en las que aparecen relaciones compositivas y de color: ritmo y proporción, figura y fondo, transparencia, valores, lineas, espacios vacios y llenos. Ejercicios que fueron practicados por el artista con óleo sobre cartulina; y mediante el análisis de espacios de la vida cotidiana y de láminas que reproducen las obras de Pablo Picasso, Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, Paul Klee, Joseph Turner, Juan Batlle Planas, entre otros.

En esta ocasión, empleó la fotografía para recrear un fondo figurativo con imágenes de basura que utiliza como metáfora social, y también con aquellas renovaciones del lenguaje pictórico que introdujeron tanto Berni como Grela. El primero con el empleo del collage en los retratos de la vida cotidiana de Juanito y Ramona. Asimismo la experiencia de su maestro, quien frecuentó asentamientos periféricos de la ciudad en la segunda mitad de los 40. Principalmente la zona conocida como barrio La Basurita, hoy Villa Manuelita.

Antesala (instalación final / oscuridad)

A los 17 años visitó la III Bienal Americana de Arte en Córdoba, organizada por IKA (Industrias Kaiser Argentina). Evento que reunió a representantes latinoamericanos de las últimas tendencias estéticas —cinéticos, ópticos—, evaluados por un jurado compuesto por un crítico nacional, expertos internacionales y autoridades del gobierno provincial y de la industria automotriz involucradas en la organización.

Esta experiencia temprana produjo un gran impacto en el joven Puzzolo que influyó en su proceso de trabajo inicial. En 1966 realizó las primeras piezas en relieve, bocetos para instalaciones que luego fueron concretadas en volumen y trabajos en tinta y témpera sobre papel. Experimentaciones que evidenciaban además las enseñanzas recibidas en el taller de Grela en cuanto a relaciones espaciales y compositivas.

Si bien las propuestas artísticas posteriores tuvieron connotaciones diferentes, el planteo de indagación en la percepción y participación del público fue el rasgo común de estas experiencias que confluyen en un proceso de desmaterialización de las formas a finales de la década. Momento en el que formando parte del Grupo de Arte de Vanguardia de Rosario se consolida el interés por los hechos del entorno político, cultural y social de Argentina.

En esta exposición de 2024, Puzzolo diseña un conjunto de operaciones que también transforman la relación del público con la obra presentada. ¿Qué puede contener el espacio de la exposición? ¿Quién decide su contenido? ¿Es la oscuridad falta de luz?