Hay prisas por poner freno al despilfarro de la industria de la moda rápida sobre la que la Unión Europea ha puesto los ojos. Se impone un modelo de moda sostenible y circular que reduzca el consumo voraz que ahoga con residuos a los países del sur. Pasaporte digital, reciclaje, nuevos tejidos y segunda mano son algunas de las propuestas que se avanzan para poner sensatez en la segundo sector más contaminante del planeta