El sentido de vida está dado por la pulsión de vida, que Freud denominaba Eros, este es un impulso irrefrenable que lleva a las personas a la aceleración y excitación a nivel orgánico, emocional y conductual para garantizar su supervivencia. El ser humano va en una búsqueda permanente en pos de generar la satisfacción de sus necesidades, deseos, englobando a todos aquellos impulsos que motivan su supervivencia sin renunciar al placer y la sensación de bienestar, en pocas palabras Eros nos inunda de motivaciones, sueños y metas.Sin embargo, por situaciones diversas de la vida, ésta puede tornarse oscura; desencadenando la pérdida de la voluntad de un buen vivir.
Esta pulsión nos abre paso a la pasión y la vitalidad. Cooperando en la resolución de las tensiones diarias que atravesamos en vivir cotidiano. Sin embargo, como podría parecer en un principio, no se trata siempre de una energía de carácter erótico o sexual, como suele asociársele a Eros.
El camino de la vida, tiene su opuesto, y es así que podemos pasar por momentos en los cuales se instala en nuestro ser, la pulsión de muerte, que fue nombrada por el Padre del Psicoanálisis, como Thanatos.
Muchas veces en diferentes circunstancias de nuestra existencia hay momentos que resultan profundamente desgarradores, generando o proyectando la sensación de un gran vacío, sentir que el alma se encuentra desaparecida; porque nos atraviesa un dolor tan profundo que auto percibimos estar totalmente atravesados, por la idea de que todo está perdido.
En esos instantes, precisamente, la pulsión de muerte cobra un impulso arrollador, imparable. En donde no podemos ver, ni escuchar, ni sentir que la vida tiene algún sentido.Thanatos nos envuelve como una tela de araña, la cual se convierte inaccesible para poder salir.
Es en estos momentos en donde debemos acudir a un profesional de la salud mental, para que conjuntamente podamos re conducirnos nuevamente al deseo de vivir, disfrutar y sentir el sabor de la vida.
Tenemos que aprender que el camino de la vida está compuesto por estos dos momentos, fluctuamos constantemente, no importa cuál sea la jerarquía que le demos a tal o cual problema.
Thanatos se dirige primeramente hacia el interior y tiende a la autodestrucción; secundariamente se dirige hacia el exterior, manifestándose de forma agresiva o autodestructiva. Englobaría aquellos impulsos asociados a la disolución. Con la tendencia a autodestruir la vida.
Sentirse «muerto en vida», es por excelencia la expresión que resume la pérdida de entusiasmo y los escasos sentimientos de ilusión para enfrentar los días. Este sinsentido irrumpe casi sin que lo podamos percibir, sería como un cumulo de insatisfacciones dado por el efecto del desgaste de vivir.Este vacío existencial, es una disociación que implica la pérdida del contacto con uno mismo. Es como si poco a poco te fueras auto desconectando, es ver pasar tu vida sin ningún interés, como si fueras un mero espectador de ella.
Nuestro cerebro está compuesto por diferentes neurotransmisores, en estas personas “muertas en vida” solo se activan los estímulos negativos, contribuyendo a fortalecer la tristeza, la desesperanza y la sensación de vacío.
Afortunadamente, este mecanismo se puede revertir con el tratamiento adecuado. Acudiendo a un psiquiatra en forma conjunta con un psicólogo.
La gran diferencia entre sentirse muerto en vida y morir, es que esta última es la detención completa y definitiva de las funciones vitales, definiéndolo desde el concepto biologicista. Porque el concepto de muerte también es cultural, religioso y social.
La muerte es lo único que tenemos asegurado en esta vida. Es de lo único que no vamos poder escapar, ni evitar.La muerte es un proceso final e inevitable del ser humano, en cambio el sentirse muerto en vida, acude a un momento situacional y emocional de una persona, la gran diferencia es que del vacío existencial si podemos salir, luchar, buscar ayuda profesional, religiosa, o en donde creas que habrá alguien que te acompañe en el proceso de salir de ese estado de anhedonia que se transforma en aterrador.
Debido a que este vacío te saca la esperanza de encontrar la resolución a aquello que se instalo. Es esa sensación de estar en un túnel negro y sin salida…
Estar muerto en vida es un estado que se revierte con la ayuda adecuada, en cambio la muerte es lo único real que nos atreverá y no tiene vuelta atrás ni resolución.
“Naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo” Erich Fromm.