Con la Obra El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo, hay un viraje para algunos atroz, para otros basados en la cruel sinceridad del poder.
Expone de manera honesta, que la moralidad y la ética quedan en un segundo plano cuando existen determinados intereses. “Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira”, explicaba el autor entre muchas otras lecciones de aprendizaje y apertura cognitiva para el estudio de estructuras psíquicas de personas que se las ha denominado así, a partir de esta obra exquisita y polémica, que suele utilizarse en muchos ámbitos del devenir diario.
La visión de la persona maquiavélica es completamente estratégica, se asocia a la manipulación, la astucia y el engaño. En donde el sujeto estructuralmente maquiavélico sucumbe a intereses personales, por encima de la empatía o consideración hacia otros.
Las personas maquiavélicas suelen poseer comportamientos retraídos y más cognitivos/racionales que emocionales. Tiene un perfil astuto y estratega.
Son personas manipuladoras que no dudan en saltarse cualquier normal moral para conseguir sus intereses egoístas.Es muy posible que una personalidad maquiavélica presente ciertos rasgos sociópatas, ya que le cuesta mucho o son incapaces de empatizar.
En ellos habita un desapego emocional profundo, combinado con una actitud cínica y un carácter carismático, ¡uff! ¡Qué siniestro y complejo, no?
Son grandes maestros de la manipulación y la estafa. No obstante, no siempre muestran esta característica como la vedette que baja deslumbrante y llena de plumas por esa escalinata interminable… estamos antes seres altamente calculadores y fríos como el mismo tempano.
Presentan casi una total incapacidad para conectar con los demás, a los que cosifican, ya que emocionalmente no existe conexión, les cuesta sentir. Es como si emocionalmente los atravesara la nada misma.
Tienen una elevada capacidad para encontrar las debilidades ajenas. Una intuición, perspicacia y un olfato rara vez visto. Es entonces que usarán esta información en beneficio propio. Siendo este uno de sus principales puntos fuertes.
Utilizan a las personas como meros instrumentos, o sea los observa y trata como objetos, una vez que te utilizan para su beneficio te desechan y darán vuelta la situación acusando a los demás de interesados. ¡Unos malabaristas excelentes!
En el campo de la salud mental a estas personas con esta estructura se las denomina como la “triada oscura y cruel” en esta confluyen la psicopatía, el narcisismo y egoísmo. Estamos frente a un tipo de carácter peligrosísimo.
Algunos patrones para observar:
- Son ambiciosos, controlan bien sus impulsos para obtener siempre el máximo beneficio.
- Son carismáticos, encantadores y aparentan humildad.
- Las personas maquiavélicas son muy útiles en entornos laborales competitivos
- A nivel personal es común que no tengan relaciones sólidas y duraderas.
- Priorizan el dinero o el poder, antes que las relaciones personales
- Utilizan las amenazas y la presión psicológica. Se convierten en acosadores psicológicos
- Las personas maquiavélicas están predispuestas a causar malestar en los demás sin sufrir por ello.
- Traman y hacen aquello que los demás evitan hacer.