Aún hoy recuerdo cuando hace unos años escuché por primera vez en el consultorio la frase: “lo estoy stalkeando” o “lo voy a stalkiar”, rápidamente pregunté a qué hacía referencia esa frase, ya que la mayoría de las veces vamos construyendo nuevas formas de signos y síntomas a través de nuestros pacientes y me explico que hacia referencia a la búsqueda de datos personales a través de las redes sociales.
El tiempo ha pasado y del “ estoy averiguando en internet” se transformó en una patología de personalidades que rozan la psicopatía ya que excede el “buscar”
Este síndrome, stalking, consta de un (stalker),el cual puede ser tanto hombre como mujer, persigue de forma obsesiva, compulsiva y persistente a su víctima, sin importarle que ésta lo/la niegue, ignore o bloquee si es por medio de redes sociales, llamadas o mensajes a través de internet, nada de las formas que elija u opte la víctima le harán cambiar su obsesión destructora.Cómo dije utiliza llamadas de teléfono, mensajes de texto, e-mails, cartas, enunciando o no, el nombre de la víctima en lugares públicos y privados, le hace llegar regalos, la pone en bases de datos de páginas de cualquier tipo, puede comprar en su nombre vía internet ya que posee todos los datos de su presa, la espía en su hogar, la sigue y hostiga por la calle.
Puede enviar notificaciones a su lugar de trabajo, bajo el nombre de otra persona, toma otra identidad acusándolo/a con el fin de perjudicar su fuente laboral, etc.
En los casos más graves, la víctima puede llegar a recibir amenazas, ver hackeadas sus cuentas en internet y bancarías (tanto perfiles públicos como correos electrónicos) y/o sufrir algún tipo de delito violento.
Es decir, no estamos hablando de una molestia o una intranquilidad para la víctima, se trata de un comportamiento altamente lesivo para el normal desarrollo de la vida del individuo blanco de su stalker.
Es una acción violenta con consecuencias psicológicas dañinas para la víctima, generando un detrimento emocional con disminución de la autoestima, lo cual perjudica y perturba su pleno desarrollo personal y profesional.
Entonces cuando hablamos de “stalking” estamos en presencia de un comportamiento de carácter intrusivo, amenazante y violento, en la cual la victima observa y vive una atención obsesiva por parte del agresor, y por lo tanto, sufre de graves daños de toda índole, logrando el o la autor/a del delito el desequilibro psicológico de su víctima .El cyberstalking, por su naturaleza tecnológica, posee una serie de características diferentes al stalking físico, algunas características de esta modalidad:
- El anonimato que proporciona la red crea una sensación de impunidad en el agresor que le lleva a la percepción de disfrutar de poder y libertad.
- Ausencia de contacto directo con la víctima. Esta ausencia de contacto se traduce en una menor percepción del daño causado y dificultad de empatizar con la víctima.
- Es un acoso público. Se abre a más personas de forma rápida y es fácil invitar a otras personas a que agredan a la víctima o también suelen tener muchos perfiles falsos, los hoy llamados troll
- Facilidad de difusión, reproducción y accesibilidad. Internet siempre está “abierto” no tiene horarios. Sólo hace falta poaeer acceso a Internet.
Perfil del staker/ acosador:
En sus conductas siempre existe un sentimiento de enojo irracional e imaginario, hostilidad, obsesión, celos y malicia. Con Ideas grandiosas de su propia importancia, fantasías ilimitadas de éxito y poder, se consideran especiales y únicas/os, necesidad excesiva de admiración, carecen de empatía aunque pueden parecer brillantes en una conversación, fingen que entienden los sentimientos de los demás, poseen actitudes y comportamientos arrogante.
Son personas egoístas, resentidas, envidiosas. Que para satisfacer sus necesidades de prestigio social son capaces de hacer daño sin importarles los límites, buscando anular y apartar a su víctima.
Suelen ser personas de apariencia encantadora y con aspecto físico muy cuidado, aunque también los hay con dificultades de relaciones interpersonales. A nivel psicológico, todos/as presentan disforia, ansiedad, inseguridad y baja autoestima, suelen abusar de psicofarmácos y sufren una amplia diversidad de patologías psiquiátricas, el/la stalker puede ser clasificado en:
- Stalker resentido/a: el fin principal de sus conductas de stalking es asustar y afligir a la víctima debido a un sentimiento de rencor y resentimiento hacia ella, por cualquiera que sea el motivo.
- Stalker depredador/a: En este caso el acechador espía a su víctima, generalmente con fines de índole sexual, hasta llegar a atacarla
- Stalker rechazado/a: este acosador acecha con intenciones vengativas o con el fin de retomar una relación.
Perfil de la víctima de stalking:
Las conductas de acecho/hostigamiento, no solo pueden darse en relaciones en las que haya habido un vínculo sentimental entre la víctima y el/la acosador/a, también pueden ocurrir con un amigo/a, un vecino/a, un o una compañero/a de trabajo o, incluso, un desconocido.
Por eso es necesario recalcar que la conducta obsesiva puede darse en cualquier tipo de relación, sin distinción en el grado de intimidad que se haya mantenido.
El fin de las conductas de stalking es el control, la búsqueda de intimidad y la necesidad imperiosa de manipular la vida y actividades de la víctima.
Todo esto le puede provocar cuadros de ansiedad, inseguridad y miedo, provocados por el hostigamiento continuo al que se ve sometida.
Sufriendo temor por su integridad física debido a la constante persecución que padece. Como consecuencia, en muchos de los casos la víctima debe cambiar de número de teléfono e email, modificar sus hábitos cotidianos e incluso, en los casos más graves, cambiar de trabajo y de domicilio.