Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Agó Páez: «Cuando papá me dijo «Sigue a tu sol», supe que mi misión era ayudar al mundo a unirse a este despertar espiritual»

«Si quieres conocer el mundo,
mira primero tu corazón
Si quieres conocerte a tí mismo,
dirije tu mirada al universo»
Rudolf Steiner

Mi cita para entrevistarla es a las 9.30 de la mañana en su lugar, en Punta Ballena.

Voy en taxi; comienzo mi camino observando, pensando en Agó Páez, en su padre, Carlos Paéz Vilaró. Imposible no recordar al mío -quien murió hace ya tres meses- en este viaje: nuestras visitas, desde niña, a CasaPueblo, mi familia hospedada en la Posta del Cangrejo, las medialunas de la “La Fragata”. Me dejo llevar, la arboleda me atrapa y me abraza. Saco mi cámara pero, lentamente, la guardo. Quiero disfrutar del paisaje, alimentarme de sus colores y respirar, por fin respirar, aire puro.

Llego a la puerta, una tranquera de madera. Se acerca Agó Páez. Vestida de blanco, tostada por el sol que tanto ama y amaba su padre, me abraza. Anclo en un lugar cálido. Sus perros: Chelo, Margarita, Chocolate y Loli; sus gatos: Lucero, Estrella, Micha y Marina y hasta su gallina Pepa me reciben con alegría, al igual que su cuidadora, Alicia. La dueña de casa me invita a pasar a su lugar espiritual donde nos sentamos sobre acogedores almohadones de colores brillantes y, a los 5 minutos, Alicia nos trae un delicioso té de Cedrón, made at home.

No puedo describir el sitio porque me quedo sin palabras; sólo puedo decir que me siento en la vía láctea, rodeada por planetas de colores (sus mandalas) y protegida por un halo de luz que sólo puede darte alguien que irradia amor.—Hola Agó. ¡Qué nombre tan lindo! ¿De dónde viene?
—En realidad me llamo Magdalena y mi hermano, que es más grande que yo, en vez de decir ajó decía agó y meta con el agó, no le salía decir ajó y también creo me llamaba a mí y como mi nombre es largo y también le costaba, pues quedó. Además tiene que ver con mi nombre artístico y, la verdad, es que es es bien diferente.
—Totalmente

—¿Por qué mandalas?
—Cuando yo tenía 3 años y comencé a colorear con mi padre lo primero que me enseñó fue a pintar el sol. Mis inicios con el trabajar con el círculo fue cuando descubrí mi camino espiritual, sin saber que estaba haciendo mandalas. Me conecto con la forma circular y comprendí qué estaba sucediendo conmigo: tenía que ver con una forma similar a muchas culturas como los Tibetanos, los Mayas, los Aztecas y yo sentía, luego de meditar, que yo tenía que trabajar dentro de esa forma circular y empecé a acercarme al círculo y luego me informé de que de esa forma también trabajaban los Tibetanos por ejemplo y entonces investigué y me hizo mucho bien a mí trabajar con el círculo y decidí enseñarlo y abrí una escuela hace muchos años en Rosario (Argentina), donde nació mi abuela materna y a través de una amiga escultora, Carina Beltrame –hija de una gran escultor de Rosario–, que conocí a través de papá, bueno, conectamos, a ella le interesó mucho mi trabajo cuando vino a Uruguay (yo hacía talleres, enseñaba aquí) y me propuso llevarme a Rosario. Carina aprendió y ¡mucho!, y juntas pudimos abrir nuestra escuela que se expandió y de esto ya hace 17 años. Voy cada dos meses a dar talleres y ella en forma permanente y armamos. —¡Todo este lío!”, interrumpo.
—Sí. Fue un semillero impresionante, y tanto, que ahora tenemos la alegría de comenzar a trabajar en la Universidad de la UIA (Universidad Interdisciplinaria de Argentina) que nos convocó para que fuera una carrera universitaria, un Master en Arte Terapia a través de los Mandalas. Empezamos este año así que imagínate mi emoción que ni yo soy universitaria así que para mí
está buenísimo.

—Hay gente con título pero que no aporta mucho, me parece que tiene que ver con la creatividad, con un don, con animarse…
—Como decía papá: “Yo, el único título que tengo es el de “dactilógrafo” y entonces esas cosas… es como cuando uno es verdadero con lo que siente y se deja guiar por el corazón, entonces, estas oportunidades se manifiestan. Al pasar el tiempo pude reafirmar que el trabajo con los mandalas ya estaba designado para mí, es como una misión. Hay gente cuya misión es a través de la escritura, como vos, o el canto, o de la danza; en mi caso, evidentemente vengo de una familia de artistas, pero se agrega el ingrediente de la espiritualidad y que soy mujer, está la parte femenina.

—Perdón, ¿el círculo no tiene que ver con lo femenino?
—Con la madre, es el planeta, es la barriga de la mamá, es la célula, es el óvulo. En el arte con papá yo digo mucho que es como el yin y el yan; él trabajó cantidad con la línea negra el Africa, las raíces, la música, el tambor, el candombe y yo con los colores del arco iris: no utilizo el negro para mis pinturas. Con papá fue una conexión entre los dos, cada uno a su tiempo ya que la época en la que papá vivió se necesitaba otra información y ahora siento que lo que yo hago es para vibrar más alto, para armonizar, para elevar; sé que soy un canal, soy consciente de eso, no soy yo sino que se hace a través de mí y trato de estar equilibrada y limpiar ese canal para que salga lo mejor de mí. No sólo me sana a mí sino que ayuda a muchas personas.

Se trata de ir descubriendo, un día después del otro, como una plantita que hay que regarla y va creciendo de a poco, no es, como dice una amiga mía –muy espiritual– de Cordoba “Café instantáneo”,  sino que se va haciendo de a poquito y uno va entendiendo por qué éstas cosas suceden y somos guiados para hacerlo. Te encontrás con una historia y te das cuenta de que empezó a los 3 años cuando pintaba soles con papá.—¿Vos estás convencida de que comenzó allí?
—Sin duda, porque, inmediatamente, me voy a ese lugar. Mi primer contacto con el círculo fue ese mas allá del que papá siempre decía “Tenés que seguir el sol”; entonces yo me preguntaba: “De qué me habla?, esto de seguir el sol?” Él amaba el sol y llegaba el invierno y se iba donde lo hubiera. En Casapueblo, donde tenemos esa puesta del sol maravillosa y ese amor al sol, un día me cayó la ficha y me dije: “Papá me está indicando que tengo que seguir mi sol interno”. Ese fue y es mi gran camino: encontrar mi sol interior y buscarlo todos los días.

—¿Cuándo sos feliz?
—Creo que la felicidad es algo momentáneo, como contactos que tenés con ella. Cuando estoy conectada realmente, cuando logro ese momento de conexión divina, cuando no hay pensamiento. En el aquí y el ahora, te puedo decir que soy feliz. Por supuesto cuesta, son instantes que tenemos, pero todo lo que me acerca al tiempo presente me trae felicidad.

—¿Sos muy creyente?
—Yo nací y me eduqué en la iglesia Católica pero me revelé en un momento y empecé a buscar en todas las técnicas: hice yoga, Tai Chi, meditación, todo lo que te puedas imaginar ya que la curiosidad me llevaba a probar hasta que un día escuché a un Mexicano, Jaime Díaz, que vino a Uruguay a hablar de la palabra de Jesús y ahí volví; regresé a Cristo en mi corazón, a Cristo en Libertad, a sentir esa esencia divina, el Espíritu Santo y, de verdad, soy Cristiana. Cristo vive en mí, lo siento permanentemente.

—A mí me transmitís que volviste desde un lugar con mayor apertura, que esa vuelta que diste te…
—Liberó

—Sí
—Yo también tuve varios cuestionamientos: no creo en la confesión, tampoco en un Dios malo que castiga o premia. Creo que todos sabemos qué está mal y qué está bien y no te voy a premiar por ello ni a ponerte en penitencia. Insisto, hay un algo, alguien que quiere que todos seamos felices.

—Totalmente. A mí me parece que es el despertar de la consciencia ¿no?, cuando despertamos a esa consciencia interior tú mismo sos tu propio guía, eres responsable, libremente responsable, pero por que sos tú, porque la esencia divina vive en tí. Entonces somos potencialmente dioses. “DIOSES SOIS Y MAYORES COSAS AÚN DE LAS QUE YO HAGO, HARÉIS VOSOTROS”(Todo lo que yo soy todo hombre lo será, todo lo que yo hago todo hombre lo hará” ya lo dijo Jesús . Esa llamita de luz está adentro y nos va a indicar a donde tenemos que ir.

—¿Por qué amás a Cristo?
—Soy Cristiana y amo a Cristo porque ÉL nos enseño el amor en libertad, no hay límites; las religiones nos limitan, nos culpan, nos dan leyes; la ley de Jesús era el amor entonces imagínate que nada existe más puro y libre que el amor de Cristo. Imaginate que la iglesia juzga, por ley, que la gente que hace Reiki no es católica, que la gente que hace Yoga, que esto, que lo otro…Mandalas? Miles de veces he estado en el interior de Argentina y los curas dicen: “No vayas que el mandala te provoca tal cosa”, cuando los mandalas están en todas las iglesias católicas del mundo y además Hildegarda de Bingen, quien fue la primera abadesa de la Edad Media, ya pintaba mandadas, canalizaba los mandalas a través de su conexión con Jesús; entonces yo creo en el Cristo libre, en la palabra de Cristo y que no hay nada más puro que eso porque, si leemos el Evangelio, está todo allí: lo de Buda, lo de todos los maestros, LO DIJO CRISTO. En esa palabra creo y la llevo en mi corazón. Por supuesto que acepto el rosario –ahora voy a rezarle a la virgen–; me encantan muchos sacerdotes y estoy muy conectada con ellos. Me parecen divinos y me enseñan mucho y me dan paz. Otros no, pero también acepto gente que está en el budismo, toda la enseñanza andina; en definitiva, lo que que cada uno quiera hacer.

—¡Qué poder de aceptación! ¿A qué lo atribuís?
—Porque a través de Cristo aprendí que todos tenemos nuestra llama divina. Y encontraba en cada persona, así fuera la peor de las personas, que igual la tenía. El trabajo nuestro, mi trabajo, es descubrir a Cristo en todo: en el más ladrón, el más asesino. ÉL lo hizo, PERDONÓ.

—Exacto. Perdonar es un acto que requiere de mucha valentía al igual que ser bondadoso. ¿Se perdona y no se olvida? ¿Cómo es?
—Es fácil decir te pido perdón, la palabra es fantástica y es rápida y lo podes hacer; ahora, el proceso es lo que demora. Yo transito miles de situaciones en las que intento perdonar pero siento en mi corazón que no es verdad, entonces creo que es un tema de trabajo interior, es un compromiso con uno mismo y es permanente. Siempre estamos enfocados en ese trabajo interior pero la espiritualidad es como un espiral ¿no? Un día estamos arriba y un otro abajo y después volvemos a bajar y tenemos que recomenzar a subir y ésto es permanente y eterno. Uno elige si lo quiere o no lo quiere, éste trabajo interno. Y crees que llegaste y no y volvés y así… Uno no puede decir que estamos por sobre el otro sino que todos estamos en esta misma evolución y podemos tenderle la mano a otros así como otros nos la tienden a nosotros. Por sobre todo, a mí lo que me sucede es que tengo que tener mi certeza interior, para todas las cosas y para el encuentro con las personas porque, permanentemente, como en este lugar que es muy especial, viene gente a enseñar y a aportar; es muy sutil porque tampoco puedo no dejar entrar a alguien por no estar de acuerdo . Sí, al ser un lugar hecho con tanto amor y ademas acá hay cristales, está todo hecho con Feng Shui y demás, pues las personas que entren aquí tienen que vibrar más o menos como vibro yo.

—¿La intuición es fundamental entonces?
—A veces . Otras, me entusiasmo. Y la gente que está en la espiritualidad me encanta y me encuentro con que la gente despierta y es como si fueran luces de colores y, cada tanto, te confundes: alguien te trae esta técnica y después te das cuenta de que es un show.

—¿Y ahí qué haces? Yo soy muy educada pero diplomacia cero. Por ejemplo digo: “Sorry pero lo que estás diciendo no me agrada. Lo siento pero hasta acá llegamos”.
—¡Ah! ¡Yo También,! Soy muy directa. Y algo de lo que me di cuenta es una técnica que últimamente la adquirí y es importante: cuando hablás de dinero, ahí te muestran cómo son las cosas. Cuando hablas de que en este lugar hay que aportar para que funcione porque hay que limpiar, mantenerlo, pagar la luz, entre otros… ahí descubrís si les gusta o no les gusta. La gente demuestra lo que es. Por qué? Porque hay mucha gente que hace esto por negocio. Como además está de moda y todo el mundo necesita hacer el curso tal y el otro y bla bla, algunos proclaman: “Encontré el negocio de mi vida” y se hacen profesores de Yoga, maestros de Reiki pero bueno, después hay que ver.

—Yo tengo un tema con el dinero también. Nunca le di bolilla, me parece que todo lo corrompe. Mi padre decía que un verdadero amigo es el que, cuando necesitás dinero, va a estar. Y a mí me parecía un horror pero luego ocurrió que operaron a una de mis hermanas y un íntimo amigo de mi padre, Puchín, le prestó dinero para que la operaran. Ahí comprendí. Hoy por hoy estoy convencida de que el dinero pasó a ser un fin y no un medio. Y la gente quiere dejar de trabajar. ¡A mí me encanta hacer!

—¿Querés más té?
—Sí, gracias.

—Vos sabes que papá decía: “El trabajo es mi mayor descanso” y yo aprendí eso de él también: permanentemente estar en el jardín, hacer algo, estoy creando todo el tiempo. Pero es como vos decís, es un hastío que hay. Y es tal cual lo que decía tu padre, esto del dinero; en la época de la cordillera no teníamos un mango y necesitábamos porque papá se tenía que mover, debía ir a buscar cosas, alquilar aviones, y tuvo dos años en los que unos amigos le dijeron: “Vos tomá este dinero, gastalo y el día de mañana cuando tengas ganas, si quieres…” Eso es la verdadera amistad. A mi también me cuesta el tema del dinero.

—¿Por qué?
—Y, a todos nos cuenta , sobre todo a la gente sensible, no combina con la parte espiritual pero también es como un aprendizaje porque este lugar es divino, todo OM pero ¿Y? Como ya te dije, ¡Hay que mantenerlo! El otro día llovía y tuve que llamar al quinchero para que arregle el techo y el barro también hay que cuidarlo. Todo es maravilloso pero quien venga acá, energéticamente, tiene que aportar. Después está el valor que uno le da a su trabajo.

—¿Y a su tiempo no?
—Tal cual. El valor de tu trabajo y tu tiempo. Tiene que ver con el valor que NOS damos. ¿Cuánto vale mi trabajo? ¿Cuánto vale un cuadro mío, por ejemplo? Yo no tengo ni idea.—¿Qué pasa con el mundo y los seres humanos, digo, el calentamiento global, la contaminación, desastres naturales y respecto a los humanos pues la agresión, la destrucción, intolerancia, amoralidad?
—Yo siento que todo lo que está pasando tiene que ver con un cambio en la humanidad. También tiene que ver con este despertar. Y de alguna manera esta gente que te dice: “¡Uy! El clima este verano en Punta del Este!, no pudimos ir a la playa!”; bueno sí, es cierto, pero ¿Qué te está mostrando el clima? Lo que está pasando: la lluvia , las inundaciones, el frío en verano, el calor en New York!

—En Australia me dijeron que los murciélagos caen como un alud por el calor, ¡un horror!
—No creemos pero tenemos que darnos cuenta, entonces, de que todo el universo se está manifestando para que nos hagamos cargo. Hay que cambiar o cambiar. Yo siento que en Argentina hay mucho despertar espiritual, ya comenzó hace tiempo. Tal vez todo los que les ha pasado y les sigue pasando tiene que ver con esto. Muchas personas sabias saben que tiene que ver con una limpieza karmática, con cosas que han sucedido y está perfecto por más que me horrorizan, a veces, las tormentas, los vientos que vienen pero es de la única manera en que podemos llegar a tomar conciencia. Aún hay gente que no se da cuenta: porque seguimos con los eventos como si el evento, la pelotudez y el encuentro de la frivolidad fuera lo más importante y ya no va más nadie. Hoy en día hacés un encuentro de cuencos y tambores y se llena. A un evento vas porque quizá rescatas un vasito de vino gratis pero nada más. Y se pierde el valor de todo, hasta la misma gente que está en esa superficialidad está cambiando. Estamos en el medio del cambio.

—Esta amiga Mendocina me dijo que en esta transición va a quedar gente elevada y gente por debajo, espiritualmente hablando. Y que quizá nos sintamos atacados por estas personas llanas pero que no tenga temor, que se alejan de la luz. Yo estoy esperanzada. ¿Vos?
—Sí, plenamente. Estamos en el medio de la ola pero va a ser todo para bien. Este enorme despertar da una gran felicidad pero uno va por un camino enormemente solitario. Si miro para atrás nunca me imaginé vivir hoy un momento de tanta apertura cuando inicié esta construcción. Todo lo que soñé! En el 2003 creé un camino que se llama “El Camino del Interior” del Uruguay que se recorre a pie como el camino de Santiago de Compostela.

—¡Qué lindo!
—Yo hice varias veces el camino de Santiago y, en uno de mis viajes, cuando volvía en el avión, sentí que por qué ir siempre voy a España a caminar si tengo un país tan divino! Así desarrollé este camino que nace acá, en la Punta de la Ballena, y recorre de Este a Oeste todo el Uruguay; ya caminamos 300 km (falta todavía), son aproximadamente 700km al final y fui guiada para hacerlo ¿Sabes? Los lugares a donde tenía que parar, los tramos… y ahora lo hacemos todos los años, recorremos 100 km hasta la virgen de Verdún que queda acá en Minas y viene muchísima gente y lo hacemos en Otoño.

—¿De qué origen es la gente que recorre el camino?
—Vienen muchos Argentinos, Brasileños, Chilenos, Uruguayos; se fue corriendo la noticia y cada vez vienen más personas. ¡Ya tiene 16 años! Cuando lo inicié, fue un impulso de mi corazón, no sé por qué lo hice ni cómo fue pero la cuestión es que sucedió y hoy lo transita mucha gente y sirve para tomar conciencia: el hecho de caminar, de estar en silencio, de conectar con la naturaleza provoca una transformación muy grande.

—La otra noche leí en unos Scriptures que me pasó mi marido lo siguiente: “The Choctaw people were a part of what was to become known as the TRAIL OF TEARS. This meant leaving their homes for a new territory. It was during this time that their hymns were written… Once I understood that theses hymns were sung to help people get through a dark period and keep faith in God.” ¡Me pareció tan bello!
—¡Divino!

—Sí, encontrar esa lucecita en el caminar y con la música. Además, el caminar nos descarga ¿Cierto?
—Mirá, ¿Por qué crees que voy casi todos los años a hacer el camino de Santiago? Porque es algo que me fascina, te ablanda el cuerpo, te abre el corazón, movés todos los músculos y encima conectás, vos vas caminando y no sabés que están todos los planetas pero están: todo el universo está vibrando contigo y entonces te llenás de toda esa energía del cosmos y de la creación; mirás un árbol, un río , oís un pájaro, respiras, la lluvia, es bello.

—¿Sabés? Yo no uso paraguas
—¡Yo tampoco!

—¿Por qué corre la gente cuando llueve?
—Se esconden, es como muy de la ciudad ¿No?

—Yo creo que cuando llueve Cristo limpia, además de favorecer a las plantas y animales y a nosotros también
—Sí, ¡claro que limpia! Para mí el paraguas es un elemento que no existe.

— Lo de no mojarse, esto de prohibido ensuciarse me recuerda el haber visto a una niña en una plaza vestida impecable y la madre gritándole “¡No te ensucies!”
—¡Al revés! Yo cuando enseño digo “¡El que pinta, se mancha!” ¡Conectá! Tiene que ver con la educación también.

—Ya que mencionas la educación: ¿La familia sigue siendo la célula básica de la sociedad?
—Para mí sí porque yo todo lo que tengo es de mi infancia, la conexión con la tierra, mi abuela- ya que mis abuelos tenían campo-, es decir, todo lo que aprendi: desde cocinar, plantar, andar a caballo , nada más maravilloso que un niño tenga contacto con la naturaleza.

—La gente que se cría cerca del mar y la naturaleza es distinta
—Totalmente y te hace tanto bien cuando vez el jardín, el pasto, los animales. Acá tenemos huerta, gallinas, huevos caseros: cuando comés un huevito casero no es lo mismo. ¡Es un manjar! Hay que fomentar el encuentro con la naturaleza en las personas.

—¿Qué pregunta te molesta que te hagan? No te la voy hacer pero..

Se queda pensando, es tan amorosa y amplia que pareciera que nada la saca de su eje.

Repregunto: “¿Alguna vez te preguntaron algo que te molestó? A ver, Carlitos es tu hermano, ¿el de la tragedia de los Andes?
—Sí

—¿Te harta que te pregunten tanto sobre la tragedia?
—No, no, porque nosotros vivimos la búsqueda que fue una historia totalmente diferente de la que vivieron ellos. Es otro libro. Lo que me parece un poco repetitivo es que hace 46 años que sucedió y la gente sigue hablando.

—¿Por qué pensás que sigue vigente? Yo tengo mi idea, si me permitís, luego te la expreso.
—Si, por supuesto. Me parece que lo toman como una historia de héroes, que lo fue, pero también de una forma superficial porque, en realidad, haber vivido esa experiencia es algo imponente y también pienso que les tocó porque les toco, que es karmático, era a ellos, no a otros. Justo ayer me encontré con la hermana de uno que no volvió; cuando te pasa eso, se te remueven una cantidad de cosas porque… (reposa), ahora con este niño que se cayó en el pozo en España; yo estoy pendiente de ese niño porque lo pasé con mi familia. En nuestro caso fueron 72 días sin saber lo que estaba ocurriendo. Imagínate mi pobre madre, mi abuela, mi padre.

—Lo superficial tiene que ver tal vez con que la gente lo vive como una película/partido ¿No? ¿Como va? ¿Uno-cero? ¿Dos-cero? ¿Los encontraron? ¿Quién quedó? Y a mí me pasa y te lo digo con todo respeto, lo que más me molestaba y desagrada aún es: “¿Se comieron…? “¡Dios! ¡Qué morbo! Hay una familia sufriendo, varias familias, en realidad. ¿Es importante eso? La verdad que no. NO me interesa ni preguntarlo, de verdad. Es algo muy delicado.
—Es morboso. A mí me sorprende que alguien te pueda preguntar eso. Pero jamás me afectó. Me acuerdo papá, el día en que ellos aparecieron; nos agarró a mi hermana y a mí y nos dijo “Chicas, les tengo que contar algo. Era Navidad, y fue muy fuerte y nos dijo “Carlitos tuvo que comer a sus amigos” y nosotras nos miramos y como que bueno, sin juzgar, aceptando…, no nos afectó. Quizá a él le pegó mucho más, por ser el padre, por ser más grande. La gente toma esta historia de esta forma: cómo fue y a quién se comió y qué sucedió. Ellos escribieron muchos libros pero hay uno de los chicos que cuenta más detalladamente. Yo no lo leí. Un amigo me lo recomendó porque es la verdadera historia, puntillosa, la cruda verdad, el que se animó a contar. Yo me cuestioné: “ No sé si tengo ganas de leerlo, cuenta detalles realmente macabros y yo ciertamente no necesito leer ese libro para ponerme en el lugar de ellos y considero que fue una experiencia terrible . Mi hermano, después del accidente, entró en la droga; estuvo 10 años metido en la droga y él dice que fue su segunda cordillera; yo lo ayudé muchísimo en todo su proceso de recuperación. Lo hice por mí, primero, y además lo cuidé a él y luego la vida nos llevo a esta separación quizá por poder, por celos, por miles de cosas.

—¿A qué se dedica?
— A dar conferencias sobre la Cordillera. ¡Tiene une éxito terrible! ¡Impresionante! Y es porque lo hace muy bien: habla maravillosamente bien, cuenta, expresa; su caída en la cordillera le trajo esta profesión-el ser conferencista de la Cordillera de los Andes- pero, en realidad, también te preguntás que hay atrás de todo esto ¿No?

—Mi lectura: por un lado transformar algo negativo o traumático en positivo y por el otro quedarse estancado en el pasado, ¿Algo así?
—Totalmente, mi padre vendía fósforos cuando era chico y trabajó en una fábrica de fósforos en Avellaneda. Comenzó de a poquito. Y luego logró lo que logró. Y esto de Carlitos, sin sacarle el valor y el dolor, es repetir una y otra vez la misma historia. A veces me enojo con él y mi marido me dice: “Vos tenés que pensar todo lo que vivió” “Sí, le digo, me pongo en su lugar y obvio fue una experiencia de esas que te cambian la vida, no podés ser una persona normal”.

—Uno hace lo que puede pero quizá, digo, ésta sea su zona de confort ¿Cierto? Cada uno de nosotros la tenemos.
—Bueno, precisamente, de ellos, que son 16 , quedan 15-porque uno murió-; tantas veces me puse a observar en cual hubo un despertar espiritual. ¿Sirvió para un despertar espiritual? Algunos son sumamente creyentes pero que te hablen de una transformación, aún no; quizá suceda, lo estoy esperando todavía. Sería maravilloso porque, ¡Imagínate qué maestría! ¡Una persona que ha vivido así! ¡Todo lo que podría enseñar y traer de bueno! Hay gente a la que le fascina escuchar la historia y sienten que pueden aprender muchas cosas de liderazgo, de fé, de entusiasmo y cada uno toma lo que le sirve. Vamos buscando a las personas que nos suman valor y que pueden aportamos algo transformador para nuestras vidas.

—¿Qué es lo primero que haces en la mañana?
—Medito. Me despierto y hago la meditación trascendental hace muchos años, para mí fue una herramienta maravillosa. Nunca imaginé todo lo que la meditación me iba a regalar, y a ayudar y a ampliar.

—¿Y antes de irte a dormir?
—Tengo una reflexión. repaso mi jornada, yo estudio a Rudolf Steiner y aprendí mucho sobre observar/me y ver qué pasó en mi día: lo que fue bueno y lo que no fue tan bueno, para mejorar. Hago una evaluación.

—Parecés una persona muy calma
—Eso es mi trabajo interior que me lleva a este estado.

—Pero temperamental
—Si, totalmente, soy una persona que cuando me pasan cosas fuertes me expreso, no continúo en esta serenidad pero he logrado alcanzarla para tomar distancia de muchas cosas.

—Mantenerte en la salud, lejos de la toxicidad.
—Sí y no llevar el apunte a comentarios fuera de lugar.

—¿Como que te digan loca? A mí me lo ha dicho, sobre todo al divorciarme. Y si estar loca es amar a los animales, a los niños, intentar ayudar.
— “Entonces, estoy re loca”, afirma, riéndose. Es cierto que hay gente tóxica y otra que parece sana y es la que está en le enfermedad. Pero como uno va juzgar ¿no? Te vibra o no te vibra. No puedo decir que esa persona esté equivocada. A mí me vibra ir a este lugar o estar con tal o cual. Vas a donde vos vibras.

—Estás casada
—Si, por segunda vez. Tengo dos hijos: una hija -de mi primer matrimonio con un Brasileño- que vive en NYC y tengo tres nietitos divinos y luego un hijo- de mi segundo matrimonio- que es músico y vive en Viena.
Y continúa…
Hace muchos años que estoy con mi segundo marido, me conoció libre. Me eligió artista, independiente, yo viajo mucho y trabajo afuera; él también ya se había casado y tuvo hijos de otro matrimonio y nos encontramos y decidimos estar juntos en libertad.—¡Qué lindo, me encanta!
—Yo siempre le digo “Contigo o con nadie” porque cuando una mujer tiene tantas cosas y adquirís el deseo de crecer internamente y todo te sorprende y tenés ganas de hacer cosas no es fácil que un hombre te acompañe porque hay hombres que quieren la mujer en la casa o cocinando que, digo, no está mal, pero se equivocó si pensó que yo era eso.

—Yo igual, si cocino es porque tengo ganas (y obvio por mi hijo) pero no me delira la cocina. Not my piece of cake.

—¿Qué te gustaría decir para cerrar?
—Lo que más deseo para el ser humano, para las personas, es que, sinceramente, tengan un despertar espiritual; que puedan experimentar lo que es ese despertar. Una vez que uno despierta, no hay vuelta atrás, se abre como una camino tan enorme para transitar y es tan abarcador que creo que si le preguntás a alguien que ha despertado si quiere volver atrás te va a decir que no. Desearía que mucha gente en este planeta tuviera la posibilidad de este despertar espiritual.
—Gracias
—Gracias

Me abraza, otra vez su inmensa e inagotable calidez. Le pido compartir un silencio, que ella sea mi guía. Accede. Cierro los ojos, huelo a vida, respiro, siento el sol sobre mi corazón, se agranda mi fé, disminuye mi ansiedad. Me trae a la realidad una voz “ Nos vamos despertando de a poco, en el aquí y el ahora…”. Abro los ojos y la miro a Agó. Se ha producido un intercambio mágico: fui a entrevistarla y a ofrecerle mis letras, mi mano para escribir; me voy plena. Agó Páez me ha entregado su corazón. Nos damos otro abrazo, distinto, fraterno, profundo. Mi despertar a comenzado.
Amén.

***

Nota pie de página: En 2021 Agó Paez presentará su libro. Trata, no solamente, sobre la hija del maestro y creador uruguayo Carlos Paez Vilaró sino que escribe acerca de todas las hijas que existen en el mundo, de sus vivencias, su significado y resignificación a partir del amor, la espiritualidad y, también, la carga de patrones heredados y cómo iniciar un camino propio. Finalmente invita a cada lector a contar su historia. De la mano de su amiga y escritora, María Cabeza, comienza este viaje hacia el interior de Agó: sus experiencias, creencias, amaneceres y puestas del sol. Cantos de pàjaros y conejos revoloteando se entremezclan con lágrimas y traiciones que el mar se ha llevado…

***

María Verónica Cabeza / IG @mariacabezawriter