Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Alejandra Condomi: “Los sonidos están dentro de mi alma”

–¿En qué lugar te sentís más Alejandra? ¿Baile, canto?

–El baile fue lo primero que me nació como expresión natural; fue en las clases de danza clásica a mis seis años. Ya entonces era osada, no tenía timidez, era la protagonista con el tu tú. También de chiquita era muy flexible, me abría de piernas como si nada y a los profesores les llamaba la atención.  Comencé con clásico y luego baile escocés , jazz contemporáneo, salsa, tango y ball room.

En el baile me siento libre, me expreso, no me importa nada. Respecto al canto, pertenecí al coro del colegio ya que entonaba, pero no nací cantante sino que me formé. Me metí con la técnica y me súper exigían y yo también y sentía como que siempre faltaba algo… De más grande le di lugar a una onda más libre y de sano disfrute, algo mas terapéutico, liberador.

–¿Sin música la vida no tiene sentido?

–Me siento tan musical , los sonidos están dentro de mi alma, mis poros y células, que no veo la posibilidad de que no haya música en mi vida. Mi vida esta musicalizada 24 horas. Si no existiese la música, yo encontraría algo que me brinde goce, seguramente. La música transforma mi energía, influye en mi creatividad, me une con las personas, sana. Es parte de mi ser y vino para quedarse.

Crédito: Atahualpa Rojas Bermúdez (Álbum)

–¿Qué tipo de música haces? ¿Componés también?

–Comencé con covers de mis artistas favoritos y luego, en Berkley, empecé a escribir mis canciones.  Después, en California, compuse algunas letras en inglés. Hace algunos años me animé, junto a  Enrique Franci, a contar mi historia , mi vida, cosas más personales y junto a él, logré la meta. Lo que más me gusta es el proceso creativo, el working progress, que tiene que ver con explorar y que salgan cosas copadas.

–¿Se puede hablar de voces malas y buenas? ¿Cómo se dice? ¿Desafina? 

–Hay gente que desafina, que no tiene oído y existen voces buenas y otras malas pero yo nunca descarto a nadie. Con práctica y perseverancia podemos sacar nuestra voz; todos tenemos una voz, somos musicales y se puede llegar a cantar con la motivación correcta, con práctica. Yo me he sorprendido con alumnos, ¡me han impactado!

–¿Qué es la amistad?

–Es algo muy importante, fui muy amiguera desde chica. Venían todos a casa, siempre estaba con amigas. También fui cambiando de grupos pero es como que fui un eslabón para juntar gente de diferentes lugares a los que yo pertenecía. Lo sigo haciendo. Mis amigos me ayudaron muchísimo cuando me divorcié. Estaba sola con mi hijo y fue un gran sostén el tenerlos. También hay que trabajar la amistad con uno mismo, el estar en concordancia con tu ser.

Foto gentileza del autor

–¿Qué lugar ocupa el amor en tu vida?

–Después de divorciarme del padre de Santi-mi hijo de 16 años-me puse en pareja con Francisco. Estoy aprendiendo el amor desde otro lado. Un amor más maduro; nos comprometimos el año pasado. Este año nos íbamos a casar pero por el Covid19 no pudimos, pero nos sirvió para sortear obstáculos, para seguir conociéndonos. A Francisco lo elijo cada día, es un gran compañero. Tenemos muchos proyectos juntos. Viniendo de un corazón herido y cerrado al amor, me di otra oportunidad y me abrí , si bien con miedos, pero encontrando con mi pareja la forma de construir el amor verdadero, el amor libre, desde el aceptar y no querer cambiar al otro. Es algo muy importante lo que estoy cimentando. No puedo dejar de nombrar el amor a mi hijo, a la familia, a al vida, todo está conectado. Es desde el amor, desde la unidad, que se puede desafiar a los miedos.  El amor es abundancia. El amor propio es importantísimo, el  estar completo con uno mismo, con el amor de Dios , el amor de lo divino. Desde ahí, uno puede amarse y amar. No se puede amar desde la carencia.

–¿Cómo haces para estar con tanta energía?

–Siempre fui muy activa y multi tasking. Me encanta moverme, hacer gimnasia. Mi cuerpo necesita menearse, soy fuego. ¡Tengo que liberar! Soy vegetariana- ahora- y eso también me sacó el bajón de la comida pesada, además de que no era consciente de qué comía. Hoy en día, se de qué nutro mi cuerpo y mi alma y  me siento cómoda, ligera. Ya no me enfermo y aprendí que mi cuerpo se cura solo, si le presto atención.

–¿Qué te llena el alma?

–Poder ayudar a las personas a que encuentren su meta y acompañarlas en su proceso de sanación, que sepan que siempre existen posibilidades para lograr sus sueños. Transmitirles que no se limiten y que sean libres y sepan que nunca es tarde.

–Sacaste tu primer cd. Contame…

–Hace 3 años me junté con Enrique Franci, que es un letrista y compositor excelente; tenía ganas de escribir mis canciones, desnudarme. Con su ayuda saqué el álbum “Abriendo Caminos” Nos llevó un año y medio de exploración junto a Quique Condomi y  armamos baladas, pop latino y baladas pop. Estoy agradecida por haber logrado ese sueño.

–También incursionaste en el teatro. ¿Cómo fue?

–Sí y me ayudó un montón. De chica actuar me daba vergüenza, A los dieciocho estudié con Alezzo 5 años; esta experiencia me ayudó en la vida, me brindó herramientas para desenvolverme. En los talleres de sanación hacemos muchos ejercicios que son de teatro, el estar aquí y ahora. Estudié con Julio Chávez también. Me ayudó a percibir qué es el escenario, participé en obras como Hair o shows con Las Bataclanas.  Hice comedia musical con Sebastián Weiss en la calle Corrientes. ¡Hasta revista!  Me divertí muchísimo y me encantó todo lo que realicé.

–Comenzaste a dar talleres de sanación. ¿Cómo se gestó? ¿Para qué sirven? 

–Conecté con una chamana y ella me mostró cómo usar la voz desde el alma, conectar con las emociones, con el corazón. Primero experimento conmigo y luego, lo que me sirve, lo enseño y lo ofrezco. Es así como añadí otros recursos no tan “técnicos”, a mis clases de canto y así cambió mi manera de transmitir conocimiento. Mis alumnos lo absorbieron natural y positivamente. ¡Funcionó!

Me formé en armonización de chakras, estudié biodecodificación, yoga, meditación en movimiento.  En 2020 conocí  a Andrea Novo ;ella hace toda la parte de los ejercicios. Damos talleres con diferentes temáticas:

“ Mi niño interior”, “Mis Raíces” y “Mi presencia”. Ambas estamos convencidas de que se llega al objetivo: ser más autóctonos, saber que uno puede crear lo que quiera en su vida para lograr la felicidad , el amor y la abundancia.

–¿Cómo ves a los niños?

–A los niños los reconozco como maestros porque vienen súper evolucionados, con cosas que nosotros no podemos llegar a ver. Tenemos creencias de nuestras familias, generaciones anteriores y los chicos vienen a romper con eso, para flexibilizarnos y abrir nuestros corazones. Nos dicen que somos amor.

–¿Qué ves cuando te miras al espejo?

–Libertad, verdad, autenticidad y aprendizaje. Estoy aprendiendo siempre porque me equivoco, me frustro, me enojo, aunque ya no tanto. Me pregunto ¿Para qué me está pasando esto? Trato de canalizarlo y siempre hay una lección de vida.

–La vida es.…

Nuestra mejor maestra. Vinimos a la vida a aprender. Todo lo que nos pasa es por algo y es nuestra mejor escuela. Hay que disfrutar, jugar, tomársela con mayor liviandad, como un niño. Es plenitud. Es lo mejor que nos puedo regalar Dios. La vida es un milagro.

***

Me quedo con esto: “La vida hay que tomársela como un niño”.

Llego a casa, dejo mi bolso y mi Mac. Voy al baño a mirarme al espejo. Me veo y estoy sonriente, mi piel iluminada por las voces de Ale Condomi.

Somos reflejo de nuestro interior.

***

María Verónica Cabeza / IG @mariacabezawriter