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El acompañamiento psicológico en la cirugía bariátrica-metabólica

La importancia del rol del equipo interdisciplinario

La obesidad y la obesidad mórbida, ha sido declarada la epidemia del siglo XXI, en aumento en el mundo y nuestro país no queda al margen de la misma. En la  Argentina el 60% de los habitantes tiene sobrepeso y según la OMS (Organización Mundial de la Salud) junto con Canadá y Estados Unidos tienen las tasas más altas de América, siendo nuestro país el de mayor obesidad infantil en América Latina.

Es una pandemia feroz  que no advertimos pero se critica como  sociedad, la cual es falta de empatía con una persecución  de burlas y discriminación al padeciente.Sabemos que la obesidad tiene entre los factores de riesgo, los físicos conformados por  enfermedades cardiovasculares, diabetes,  que ambas traen problemas de enfermedad renal crónica según los casos, como así también el cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. En la actualidad es la única opción que trata de manera eficaz a la obesidad mórbida en personas para quienes otras medidas como la dieta y el ejercicio no han dado resultado.

Asimismo, es una opción exitosa para quienes padecen comorbilidades; hipertensión, epoc (apnea del sueño), colesterol y triglicéridos;  es una excelente herramienta quirúrgica pero implica el compromiso del paciente para cambiar  hábitos alimentarios y  de vida.

En cuanto a los factores psicológicos están presentes la angustia, ansiedad, discriminación, bullying, aislamiento social, baja autoestima, trastornos de conducta alimentaria, abandono de miles de tratamientos alimentarios antes de llegar al médico especialista en la cirugía de reducción de peso y su equipo interdisciplinario, todos trabajamos en pos de la mejora del paciente y en el acompañamiento de que muchas veces se bajan los brazos o pasan semanas en donde no pueden sostener la dieta, es ahí donde como equipo salimos a fortalecer al paciente para que se entienda que el normal una recaída, y no esperar al día siguiente para comenzar, cuando el mismo en consulta nos refiere: percibí que me fui del tratamiento, la consigna es: “ lo detecto y vuelvo ya al operativo me cuido”.Es muy importante aclarar para esta sociedad soez, que la persona que padece obesidad, no se sentó a comer las 24 horas del día, hay miles factores que lo han llevado a tal situación están las biológicas y las emocionales y también nos encontramos con ambas.

Cabe destacar que también en la niñez o en la adolescencia ya se los empieza a estigmatizar, y esto hace un efecto rebote en el paciente- padeciente, hay veces es mejor callar la boca, y no agredir u perseguir  diciendo y marcando que está bien y que no está bien comer.  Lo principal en estos sujetos que vienen sufriendo miles de situaciones, sociales, biológicas, y psicológicas es acompañar en la mejor calidad de vida, con el compromiso de ambos. Porque nada es magia y la magia ya la han probado el 95 % de ellos y cuando abandonan las pastillas esta el famoso efecto rebote que recrudece la frustración.

Es  una cirugía que implica un gran cambio en la imagen propiocepeptiva  y su  esquema corporal y por supuesto este cambio actúa directamente en la psiquis del paciente, por ello es de fundamental importancia el rol del psicólogo, antes, durante y después de la misma,  y un procedimiento que utilizamos es el  tratamiento psicoterapéutico preventivo y focalizado para promover el funcionamiento afectivo, cognitivo, interaccional y comportamental del paciente; y su medio ambiente, ya sea familia, amigos, laboral, etc., el afrontar la cirugía con mayores conocimientos ayuda a bajar los niveles de estrés, miedos y ansiedad.

Dentro del  equipo interdisciplinario  nos abocamos al  seguimiento post operatorio cada uno desde su función y área: clínica, nutricional, deportiva, psiquiátrico  y psicológico.El área que me compete  es de vital importancia en la cirugía bariátrica – metabólica, ya que debemos elaborar una anamnesis del paciente, para conocer su “historia histórica” con respecto no tan solo al peso, o sobrepeso, o bajo peso, sino a todo lo que fue tapando a lo largo de los años en sus trastornos alimentarios. Desde la terapia cognitiva conductual se lo evalúa emocionalmente, la capacidad de comprensión, hábitos de alimentación o sea su conducta alimentaria, su imagen corporal,  si existe alguna patología o trastorno severo que contraindique la cirugía, el apoyo familiar, social y laboral. Es importantísimo el acompañamiento externo y de sus afectos más cercanos.

Un punto importante a detectar es el momento en el que paciente “come sin saber que come” el famoso trague de todo, cuando detectamos esta parte el paciente empieza a darse cuenta que muchas veces comió por callar, por  rabia o enojo, pero no contra él, sino contra alguna situación que le fue imposible manejar. Es ahí que se empieza el cambio más radical, “detecto que tu daño me hace dañarme”. Entonces aquí comenzamos a cortar con todo aquello que lo daña, hasta que pueda manejarlo.

Otro punto indispensable es la psicoeducación para llegar a la cirugía lo más fortalecido posible tanto en lo  emocional y conductual a efectos de disminuir el sentimiento de incertidumbre que muchas veces provoca angustia y ansiedad; trabajando a través de técnicas cognitivas y conductuales, siendo la terapia cognitiva la más eficaz para el tratamiento de la obesidad.

Es importante apuntar siempre al mejoramiento que traerá la adherencia al tratamiento en la salud del paciente y su compromiso, como primer medida para poder trabajar todos en una mejor calidad de vida y entender que muchas veces abandonar antes del alta puede acarrear una recaída.