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Miedos vs fobias

Todos experimentamos alguna vez la sensación de miedo frente a determinadas situaciones que nos ponen en alerta por la presencia real o imaginaria de algún peligro.  Es una respuesta adaptativa de supervivencia de todas las especies, incluido el ser más racional, el hombre. Pero ¿qué pasa cuando el miedo se vuelve irracional y exagerado? En este caso hablamos de un trastorno fóbico. Dicho trastorno se caracteriza principalmente por la incapacidad para poder actuar, la persona que lo padece se siente paralizada, y empieza a experimentar en su cuerpo varios síntomas entre ellos sudoración, palpitaciones, taquicardia, entre otros.

El inicio de una fobia generalmente se remonta a la época de la niñez o la pubertad, el paciente que acude a consultorio muchas veces no recuerda haber pasado por algún trauma psicológico de pequeño, se produce lo que denominamos amnesia infantil. Es una laguna que no nos permite recordar determinadas situaciones.Como dijimos anteriormente el miedo es una respuesta normal adaptativa y la fobia es un trastorno que se presenta cada vez que el objeto fóbico aparece o nos presentamos frente a una situación compleja como hablar en público, un examen, estar en recital con muchas personas etc. Siempre de alguna u otra manera se hace presente.

Imaginemos que alguien le tiene miedo a la paloma, en la vida cotidiana es probable que te  encuentres  frente a una, cada vez que la persona vea, o esté cerca de ella se paralizará, experimentando con gran intensidad  los síntomas que detallamos anteriormente. La persona evitará dichas situaciones, lo que hará que se encierre cada vez más en la problemática esto sin duda limitará el normal funcionamiento de sus actividades diarias.

Es clave acudir a un especialista para detectar el origen del trauma psicológico.

A partir de allí trabajar junto con el paciente  las emociones, sentimientos y miedos  en relación a dichos eventos.

Muchas veces estos traumas están conectados directamente al vínculo paterno o materno, son conflictos no resueltos en edad muy temprana. El fin del tratamiento psicológico es lograr que el paciente vaya disminuyendo los síntomas y exponerlo de forma progresiva al estímulo que le genera pánico, para que pueda restablecer su vida cotidiana y recuperar su autonomía y bienestar.

La fobia no es un simple miedo, es un trastorno complejo que requiere un tratamiento específico para que la persona vuelva a sentir la  plenitud y libertad. Y de esta manera disfrutar de la vida sin limitaciones.

Psicóloga María Belén Sosa / Mat. 7727