Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Sabemos que decimos, cuando hablamos de inclusión

En el País de las grietas, de los abismos, de la falta constante de escucha y de respeto, en donde la gente por doquier ataca a través de las redes sociales, donde la tolerancia y la empatía son cero. Hay ciertos sujetos que se llaman inclusivos porque hablan con la letra “e”, desvalorizando a todas las demás personas que quedan por fuera de un sistema social que es altamente discriminador, sumados estos seres de luz y bendecidos que entendieron erróneamente que una vocal es incluir.

Salen hablar de inclusión, como si fueran expertos en la materia, con un discurso totalmente politizado, atravesado por la modificación “e” una vocal, creyendo y construyendo más desigualdades, pero en el afán de agredir, pierden el norte.

Ya en sus escritos Lacan decía que el lenguaje no es un sistema de signos, como si lo era para Saussure; sino un sistema de significantes que formarán la unidad del lenguaje. El significante es el orden simbólico, aquel que las estructuras psicóticas, psicopáticas y esquizoides no tienen. Porque el campo del significante es el campo del Otro. Entonces sería un signo, lo cual representa algo para alguien, pero no para todos.Es aquí donde reina el respeto y la empatía, en el famoso significante; entonces el signo es inclusivo nada más que para una minoría, porque ese signo no es significante para los Otros. Entonces no incluye. Hace sentir más exclusión a quien padece de indiferencia social

La Unesco define inclusión en el 2005 “…La Inclusión es un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad a través de la activa participación en la vida familiar, en la educación, en el trabajo y en general en todos los procesos sociales, culturales y en las comunidades…”

Incluir es lograr que todos los sujetos que conforman una sociedad tengan las mismas posibilidades y oportunidades para poder realizar sus deseos. Lograr autonomía e independencia según sus patologías y capacidades diferentes, lo habiliten y posibilitarlo en la adquisición de sus necesidades para la real inserción en un mundo que ya de por sí, es hostil y excluyente.La inclusión es el reconocimiento de que todas las personas tenemos habilidades y potencialidades propias y distintas a las de los demás, debido A que las distintas necesidades exigen respuestas diferentes.

A lo que debemos abogar como sociedad es a potenciar, crear y sostener una CULTURA inclusiva, en donde los ejes fundamentales sean el  respeto por mi semejante, dando un trato justo y equitativo, optimizar las infraestructuras, productos de necesidad básica para todos, en donde las tecnologías y los servicios sean acordes a todos los seres humanos con tal o cual diferencia del resto social.

Eliminar los estereotipos de toda índole, desde la sexualidad, la edad, la estructura corporal, la ropa, comida y salud.

La inclusión es la única manera que hay para eliminar  el  problema de la exclusión que es causado por circunstancias como la pobreza, el analfabetismo, la segregación, el hambre, violencia y agresión en todas sus aristas.

Cuando hablamos de incluir debemos tener presente que estamos actuando para poder integrar y optimizar los recursos para quienes lo necesitan, más que uno mismo, hay que saber mirar mas allá del egocentrismo, que hables con la “e” te pone en un discurso de moda, pero no te pone en el lugar social y humanitario de incluir a todos aquellos que necesitan pertenecer a esta sociedad castigadora.

Hay un refrán muy acorde “Que el árbol no te tape el bosque”

Forma parte del bosque y no del árbol.