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Loujain, una mujer que lucha por la igualdad y paga con cárcel por ello

Loujain al Hathloul tiene 31 años vive en Arabia Saudita. Allí fue detenida arbitrariamente en 2018 junto con otras 12 personas dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres, recluidas exclusivamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica.

En diciembre de 2020 fue condenada a cinco años y ocho meses de prisión —con suspensión de la pena durante dos años y 10 meses— tras un juicio flagrantemente injusto celebrado ante el Tribunal Penal Especializado, según destaca Amnistía Internacional.Fue acusada de “espiar para intereses extranjeros” y “conspirar contra su país” por promover los derechos de las mujeres y pedir el fin del sistema de tutela masculina.

En febrero de este año, después de casi tres años entre rejas, Loujain al Hathloul fue puesta en libertad vigilada. En la actualidad se encuentra sometida a una prohibición de salir del país de cinco años de duración. 

Confirmación 

A principios de marzo de 2021, el Tribunal Penal Especializado de Arabia Saudita confirmó la declaración de culpabilidad de Loujain, lo que volvió a desatar la indignación en todo el mundo.

La defensora de Loujain, Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado: “La sentencia de hoy es solamente la demostración más reciente de la intención de Arabia Saudita de seguir aplastando todas las formas de disidencia en el país. Al no anular la declaración de culpabilidad de Loujain al Hathloul, las autoridades saudíes han demostrado claramente que consideran el activismo pacífico un delito y que a las personas dedicadas al activismo las consideran espías”.“Loujain al Hathloul es una valiente defensora de los derechos humanos, debería ser alabada por su activismo pacífico en el país, no calificada de delincuente. Ya ha pasado casi tres años recluida en detención arbitraria, y durante ese tiempo ha soportado tortura, acoso sexual y otros malos tratos, así como reclusión en régimen de aislamiento”, añadió.

“La sentencia de hoy pone una vez más de manifiesto que el compromiso público de Arabia Saudí para con la reforma de los derechos humanos es una farsa. Las autoridades saudíes deben anular de inmediato la declaración de culpabilidad de Loujain al Hathloul, levantar la abusiva prohibición de viajar impuesta durante cinco años a ella y su familia, y garantizar que recibe reparación adecuada por su detención arbitraria e injusta y otras violaciones de derechos humanos que ha sufrido. Los responsables de someterla a actos de tortura y otros malos tratos deben también ser enjuiciados”, cerró la abogada.

Patriarcado

El desafío al sistema de tutela masculino se paga con cárcel o persecución en Arabia Saudita. En el caso de Loujain, su delito es luchar por los derechos de las mujeres en el reino y enfrentarse a las restricciones del sistema machista.

El sistema patriarcal dicta la vida de las mujeres en Arabia Saudita y el resto de países del Golfo. Entre otras cosas, les impide viajar al extranjero, obtener un pasaporte, casarse, estudiar, trabajar o abandonar la cárcel sin el consentimiento de un familiar varón. Las mujeres dependen de sus padres, maridos o incluso hijos para tomar decisiones importantes.Ésta no es la primera vez que Loujain ha pasado por la cárcel. Ya en 2014 cuando regresó de Canadá, donde cursaba sus estudios, trató de cruzar la frontera entre Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita en el coche de su padre y fue detenida. Entonces pasó 73 días prisión.

La campaña para conseguir que las mujeres pudieran conducir fue uno de los primeros retos de Loujain, quien sin embargo fue detenida junto a varias compañeras de nuevo en 2018, el mismo mes en que las autoridades decidieron aprobar el permiso de conducir femenino.

Nueve relatores de la ONU hicieron público un comunicado entonces para denunciar que “defensoras de los derechos humanos han sido detenidas en una amplia redada en todo el país, lo cual es verdaderamente preocupante” y evidencia “una posición contradictoria” en las políticas aperturistas que predica el país. Las acusaron de haber mantenido contactos y haber apoyado a individuos y organizaciones “hostiles” al reino y algunas de ellas siguen encerradas.