Muchas personas esperan a esta altura del año, empezar q cerrar ciclos, situaciones o vínculos. Con la esperanza que el nuevo año pudiera cambiar todo eso que acarrea el año que se termina. Los ciclos que conforman nuestras existencias algunos son más largos que otros, pero todo lo que comienza termina, no exactamente el 31 de diciembre, pero muchos sujetos, toman esta fecha como clave para terminar o arrancar.
Es como la famosa frase, el lunes comienzo la dieta. Generalmente siempre sugiero que los ciclos se terminan, cuando estamos preparados, cuando ya la situación es angustiante o desesperante. No hay días en la vid, debido a que todo puedo cambiar en menos de un segundo.
Lo maravilloso y estresante de nuestro cotidiano vivir, es este no poder controlar ni prever casi nada, la sorpresa siempre aparece.Para los individuos ansiosos perder el control, es sumamente angustiante, ya que los que padecen trastorno de ansiedad generalizada su vedetismo está en querer auto creerse que están controlando todo… aunque saben que es una idea irracional, pero tener todo bajo su órbita los va tranquilizando y los deja convivir con la ansiedad. Que tiene periodos más álgidos y otros más manejables.
El problema en todos los seres humanos surge cuando nuestra mente y corazón saben que la etapa se cerró y quedan atrapados en la situación no pudiendo salir ni avanzar. Por eso es importante cerrar y duelar los procesos.
Diciembre es por excelencia un mes caótico en todos los sentidos, muchos esperan a diciembre para reunirse, encontrarse, algunas personales a su tienen más intensidad laboral, cierre de eventos, materias que se rinden, etc. Es necesario también a este mes sumarle ¿el cierre personal? Es querer colapsar antes del brindis del 31 y acercarte al ¡Síndrome de bourn out!
Los adultos se encuentran aún más tensionados, agobiados, con presentación de malestares físicos, como taquicardia, problemas gástricos, dolores musculares de cabeza, presión arterial, insomnio, hay una desesperación en el cerrar. También están los emocionales ya que no somos máquinas, aparecen angustias, mayor sensibilidad, irritabilidad, etc.Todas estas manifestaciones nos ponen en alerta y debemos aprender a parar muchos antes del 31 de diciembre para no enfermar o colapsar.
Uno de los sentimientos que aparece en la gran mayoría es el miedo al nuevo año, el cual está plagado de incertidumbres, pero es debido a que nuestra mente sabe que algo termina y automáticamente comienza algo nuevo, pero estamos criados en la base del miedo y la incertidumbre. Es por esta situación que es importante transitar estos nuevos comienzos con el aprendizaje del que se va.
Es una hermosa fecha para proyectar, es darle y darse una oportunidad para estudiar cómo se presentan medianamente las cosas para ver qué podemos hacer.
De lo que nunca podemos escapar es de los imponderables. Esos que nos cambian el rumbo en un instante…
Solo termina un año calendario y los procesos continúan.Por eso el 31 te pido que no cierres ni abras, solo celebres porque estás vivo porque hay posibilidad de seguir, de resistir y de avanzar, pero también de cortar y no celebrar con quien no acompaño, con quien no estuvo a la altura de las circunstancias, no llenes una mesa de innecarios, llena la mesa y tu corazón de los que están, los que abrazan, acompañan y apapachan el alma…
Arranca un enero valorándote y valorando a quien tiende una mano, es lo único que nos convierte en seres con diamantes adentro…
¡Que la salud, el amor y la sinceridad rodeen tu vida! Hasta nuestro próximo artículo
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Ps. Sex.Mg Valeria Farhat / Mat 5457
Sexóloga. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinologa del stress. Especialista en ansiedad. Especialista en acompañamiento de victimas de psicópatas, perversos- Narcisistas y psicópatas integrados