Aunque no hayas visto la serie en televisión o los múltiples memes que pueblan internet, es muy probable que hayas escuchado hablar del juego del calamar.
Miles alrededor del mundo están hablando de esta serie, hiperviolenta, que se ha convertido en un gran éxito desde que fue estrenada en Netflix hace dos semanas.
De hecho, esta producción coreana -que se centra en un brutal juego de supervivencia- está próxima a convertirse en la serie más vista en la historia de la plataforma de streaming, a muy poco de superar las cifras de audiencia de la serie romántica Bridgerton.Mientras el género de la serie no es tan novedoso, su producción visual, los personajes con los que uno se puede identificar y una visión perturbadora de la naturaleza humana han conectado con muchos públicos alrededor del mundo.
En la trama, un grupo de 456 personas, desesperadas y ahogadas en deudas, son atraídas para participar en un juego sangriento de supervivencia en el que tienen la oportunidad de ganar cerca de US$39 millones si logran pasar seis desafíos.
Los juegos son bastante simples. La mayoría de ellos son los mismos con que se entretenían cuando eran niños. Y es esa sorpresiva mezcla de inocentes juegos infantiles con muertes violentas lo que ha atraído la atención de las audiencias.
«La gente se siente atraída por la ironía de que los adultos sin esperanza arriesgan sus vidas para ganar un juego de niños», dijo en una entrevista el director de El juego del calamar, Hwang Dong-hyuk.«Los juegos son simples y fáciles, por lo que los espectadores pueden concentrarse más en cada personaje en lugar de en las complejas reglas de la competencia».También hay un elemento de nostalgia. Por ejemplo, el reto del dulce Dalgona en el episodio tres es uno de los juegos que más recuerdan los coreanos de su niñez.
En el desafío, los jugadores deben recortar con cuidado una forma dentro de un caramelo con una aguja. Si la forma es muy intrincada y el caramelo se agrieta, pierdes.