La Casa Cristina Vázquez abrió sus puertas en marzo de 2021, en plena pandemia, junto a la ONG Mujeres Tras las Rejas y la Asociación Pensamiento Penal, para brindar a las mujeres detenidas la posibilidad de transitar un espacio de capacitación durante el período de pre egreso de la prisión. También pensado para aquellas que fueron excarceladas, las que obtienen la libertad con la condición de que se capaciten y para todo el entorno femenino que transita los penales.
Cuenta con diferentes talleres, como arreglo de bicicletas, cerámica, huerta y textil, entre otros. La idea es poder ofrecerles herramientas para transitar el difícil camino de su reincorporación a la sociedad, cuenta Graciela Rojas, quien lidera la ONG Mujeres Tras las Rejas, y agrega: “Ya que las mujeres en general no tienen la posibilidad de que las familias las retiren de la cárcel, somos nosotras quienes ejercemos la tuición, como Carmen Albarenque, que las va a buscar a la unidad, las trae en colectivo y a las 16.30 las vuelve a llevar, ya que tienen que estar antes de las 18.30 en el penal”.La Casa Cristina Vázquez también está abierta a quien quiera realizar los talleres; eso ayuda a la sociabilización de las mujeres en prisión antes de la libertad total, “desde la in diferencia a la inclusión” como puntualiza Graciela. Luego se organizan ferias para la venta de los diferentes artículos fabricados en los talleres.
Se nombró la casa como Cristina Vázquez en memoria de la mujer que pasó 11 años detenida injustamente en la provincia de Misiones y al egresar, sin apoyo del Estado, terminó suicidándose. “Se eligió el nombre de Cristina porque consideramos que es una situación que nos envuelve a todas”, define Graciela. De hecho, agrega, conocen a muchas chicas que en la pandemia se han suicidado o que han tenido un final trágico por la situación de gran vulnerabilidad que viven en especial las mujeres.
Son pocas las mujeres que pueden reincorporarse a la sociedad, ya que la ley de aplicación de la pena no prevé un espacio de transición; el único que hubo hasta ahora en la provincia estuvo destinado a varones. El desafío fue crear uno para las mujeres y la puesta en marcha fue sin la ayuda de ningún organismo, describe Graciela, quien añade que luego pudieron obtener un convenio con el Ministerio de Igualdad y Género que actualmente apoya al espacio.
“Este es un lugar de intercambios y encuentros, pensado para el aprendizaje, el debate y la construcción de realidades mejores. Realidades donde entremos todas, donde no falten las presas”, conceptualizan las fundadoras del espacio.