Cercana a la avenida Gorlero y el puerto, La Península configura un enclave tan particular como único en Punta del Este gracias a sus construcciones de baja altura, muchas de ellas de inicios del siglo veinte, que incluye un faro declarado patrimonio histórico de la humanidad.
Como rasgo distintivo, su entorno refleja la relación con el mar en un escenario que se conserva tal como lo disfrutaron las generaciones pioneras de esta ciudad balnearia uruguaya. Su diseño edilicio se destaca por obras como, entre otras, la Torre Metereológica; la iglesia de La Canderlaria y un garage de estilo art-decó emplazado en una de las esquinas de la plaza del faro.
Director general de la Comisión Nacional del Patrimonio, el arquitecto William Rey, definió a La Península como uno de los últimos bastiones identitarios de Punta del Este porque en otras zonas, incluso en algunas no tan alejadas, se levantaron torres de viviendas u otros nuevos complejos habitacionales que no respetan el lineamiento ni la estética de antaño.
«Cuando alguien que tiene más de 70 años llega a La Península inmediatamente la reconoce como aquella Punta del Este de su juventud, es muy bueno que haya áreas que estén presentes en la memoria de varias generaciones, es algo que habla bien del lugar, su identidad como sitio turístico, eso es en lo que tenemos que trabajar ”, afirmó Rey, especialista en diseño urbano.
En sus calles bautizadas con nombres relativos a la actividad marítima, La Península es el lienzo donde Joel Petit de la Villeon o Jorge Herrán plasmaron su talento arquitectónico cuyo empleo de la cerámica armada remite a su colega Eladio Dieste.
Acompañado por el canto de los pájaros, único sonido que interrumpe el silencio cotidiano, se pueden recorrer veredas en las que se levantan chalets vascos combinando ladrillo con piedra, balcon en ángulo con un ala más extensa que la otra.
Su paisaje tiene lugar para viviendas dignas de la campiña inglesa que alternan con otras en las que predomina la chapa y la madera. La variedad se completa con casas que tienen un encofrado realizado con rollos de eucalipto; otros hogares con influencias árabes y españolas.
“La zona cambió, hay arquitectura de diferentes épocas. El boom de la construcción en los años ochenta no introdujo nuevas arquitecturas en esa zona pero tuvo un impacto muy grande en Punta del Este dejándole buenas arquitecturas. El problema se origina cuando ocurren grandes auges en la construcción sin calidad arquitectónica. En esos años, pese a que sufrimos la arquitectura de mediocridad, también hubo ejemplos de alto nivel profesional como Gómez Platero López Rey, el Estudio Cinco o el argentino Mario Roberto Álvarez, todavía quedan interesantes ejemplos de ese momento, la actual realidad es un poco diferente ”, sostuvo el titular de la Comisión Nacional del Patrimonio.
Considerada como una de las obras más destacadas del estudio Gómez Platero López Rey en La Península, la residencia Poyo-roc de las calles La Rambla y Capitán Miranda y El Pampero merece ser visitada.
Construida en 1964, como otras casas de la zona, su frente mira a la arteria paralela al boulevard siendo neutra e íntima a diferencia del lado que da al mar que se caracteriza por ser abierto y expansivo. Bajo su mirada profesional, Rey califica a la residencia Poyo-roc como uno de los edificios más importantes de Punta del Este tal como La Caldera, otras de las obras surgida en los tableros de los arquitectos de Gómez Platero López Rey.