El proyecto obtuvo la media sanción en la cámara de Diputados con 198 votos a favor, 138 en contra y 2 abstenciones el martes pasado.
Tras un duro debate sobre la vida, la muerte y el derecho de cada persona a poner fin a sufrimientos intolerables sin perspectiva de curación o mejoría, esta norma pasará ahora al Senado, y sería aprobada definitivamente en febrero del 2021.
“Como sociedad, no podemos permanecer impasibles ante el sufrimiento intolerable que padecen muchas personas; España es una sociedad democrática lo suficientemente madura como para afrontar esta cuestión” «Es un día importante para toda la ciudadanía porque avanzamos hacia una sociedad más humana y más justa, pero sobre todo es un día importante para aquellas personas que se encuentran en una situación de grave padecimiento y también lo es para sus familias y personas cercanas», subrayó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ante una ley “que impone sentido común y humanidad”.
De aprobarse la ley España sería el sexto país en reconocer el derecho a una muerte digna después de Canadá, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Bélgica y Holanda.
Cómo no recordar entonces el tremendo sufrimiento que tuvo que padecer Ramón Sampedro, que había quedado tetrapléjico en un accidente a los 25 años y permaneció durante casi 3 décadas postrado en una cama, y luchando contra la Justicia que le impedía, una y otra vez, que decidiera sobre su vida, poniendo fin a su sufrimiento, con el suicidio asistido o la eutanasia. Ramón Sampedro fue el primer ciudadano español en pedir la eutanasia.
Cansado, decidió tomar las riendas y se quitó la vida el 12 de enero de 1998, con la ayuda de 11amigos, cada uno de ellos tenía una función específica, compartimentada, pero en sí misma, ninguna de esas tareas constituía un delito. Todas juntas, sin embargo, eran sinónimo de eutanasia.
“Hoy, cansado de la desidia institucional, me veo obligado a morir a escondidas, como un criminal. El proceso que conducirá a mi muerte fue escrupulosamente dividido en pequeñas acciones que no constituyen ningún delito en sí mismas y que han sido llevadas a cabo por diferentes manos amigas. Si aún así, el estado insiste en castigar a mis cooperadores, yo les aconsejo que les sean cortadas las manos, porque eso es lo único que aportarán” …“Considero que vivir es un derecho, no una obligación. He sido obligado a soportar esta penosa situación durante 28 años, cuatro meses y algunos días. Pasado este tiempo, hago balance del camino recorrido y no me salen las cuentas de la felicidad. (…) Solo el tiempo y la evolución de las consciencias decidirán algún día si mi petición era razonable o no”, concluyó Ramón en su vídeo póstumo.
Ramón Sampedro
Otro caso que trascendió y removió conciencias fue el de José Antonio Arrabal. Éste, enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica – ELA- una tarde del 2 de abril de 2017 grabó su suicidio en directo “indignado” por “tener que morir en la clandestinidad”, como dijo él mismo ante la cámara. Lo hizo ingiriendo a través de una pajita dos frascos de medicamentos que adquirió por internet, aprovechando que su familia no estaba en casa.
José Antonio Arrabal
Cuánta indignidad y sufrimiento han tenido que padecer miles de enfermos, condenados a una muerte segura e irreversible, para que sus voces hayan sido escuchadas. Confiamos que el Senado español apruebe la Ley que dará fin a tanto padecimiento inútil y evitable.
