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La montaña de basura textil que recibe Chile y acumula en el desierto de Atacama

La industria de la moda y el método de fabricación conocido como fast fashion, ocupa el segundo puesto en contaminación del medio ambiente a nivel mundial. La gran cantidad de ropa que se fabrica con costos muy bajos de producción para poder satisfacer las necesidades de los consumidores que quieren usar «lo que está de moda», genera un gran desperdicio de agua y los restantes terminan incinerados o bien, tirados en basurales y tardan años en degradarse. En este marco, en las últimas horas se conoció una situación de esta índole que atraviesa actualmente Chile, específicamente el Desierto de Atacama.Conocido como el desierto más grande de América del Sur y considerado uno de los más secos del mundo, Atacama siempre se mantiene en el ojo de las noticias, sin embargo, el motivo por el que se encuentra entre los temas del momento actualmente no es nada agradable. El Desierto de Atacama se convirtió en un enorme basural de ropa que termina allá por descarte de los países a las que tenían que ser transportadas en un principio.Según se conoció en un informe de TN, la gran mayoría de las prendas se encuentran nuevas, sin un solo uso e incluso con la etiqueta y el precio aún colocadas. Esta situación sucede desde hace ya algunos años y se da por la cercanía de esta zona con la ciudad portuaria de Iquique, un lugar que goza del beneficio fiscal de no pagar impuestos por los productos importados, de esta manera, miles de productos llegan a esta zona a diario y, aquellos que no son reclamados o simplemente se descartan, terminan en el Desierto de Atacama, el cual tiene su puerta de entrada muy cerca de Iquique.

Cerca de esta montaña de ropa-basura, se encuentra Alto Hospicio una localidad chilena industrial que, a su vez, está rodeada por «la toma», un aglomerado de casillas que están principalmente ocupadas por venezolanos. A tan solo unos kilómetros de allí, se encuentra el enorme basural: ropa, calzado y accesorios son los predominantes en este lugar que no deja de llamar la atención a cada persona que los visita. Así mismo, este basural es visitado a diario por los habitantes de «la toma», quienes recurren para buscar abrigo, calzado e indumentaria para pasar el cambiante y difícil clima desértico.El ciclo de la ropa y las alternativas para evitar más contaminación

Tal como se mencionó anteriormente, la industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo, la segunda de hecho. Con el gran consumo que existe alrededor de este negocio, las marcas líderes que determinan cierto «status» y aquellas que buscan replicar sus elementos más icónicos, millones de toneladas de prendas se fabrican a bajo costo, con materiales de mala calidad y con expectativa de uso de un año como mucho. En este proceso, se despiden humos tóxicos, se gastan miles de litros de agua y se contamina el ambiente a partir de la quema de aquellas prendas que son rechazadas por el mercado. Así mismo, surgió la conocida moda basura, la cual consiste en el descarte de prendas sin uso que ni siquiera llegaron a los mercados, millones de desechos que no generan nada positivo ni en el ambiente ni en la economía.Frente a la gran crisis ambiental que atraviesa el mundo y conscientes de que la industria de la moda es responsable de muchos de estos problemas, muchas marcas empezaron a reducir el impacto de la fabricación de sus prendas, lo cual se encuentra especificado en las etiquetas. Esta es una gran opción para todos los consumidores que estén interesados en ocuparse de la contaminación. Así mismo, otra opción son las tiendas conocidas como «vintage», las cuales venden una selección de ropa usada, generalmente a precios más bajos que los negocios de ropa nueva. De esta forma se activa la recirculación de prendas y, por ende, disminuye el volumen de fabricación.