“Derretid el hielo en vuestros corazones, pues mientras no aprendáis a derretir el hielo en vuestros corazones, el mundo no cambiará”
Angaangaq (líder espiritual)
La idea fue sugerida por su padre, Carlos Páez Vilaró y, finalmente, plasmada por su hija, Agó Páez Vilaró, en 2010.
El octógono es una construcción hecha de barro que acompaña al entorno natural que la rodea. Colaboraron para levantar este templo espiritual- cada pared representa un arcángel y fue pensado según los lineamientos del Feng-Shui y la geometría Sagrada- Gustavo Barberini y su equipo, Belanko, uno de los mayores maestros del barro y, como siempre, sus amigos y familia.
Su gran amiga, la escritora Ludovica Squirru, puso una carta entre sus paredes y su padre escribió un poema que no se ve pero se percibe.
Cómo no enamorarse de este lugar! Cuando sentís la confianza de poder ser en libertad, cuando te comprenden y te brindan herramientas para que puedas unir mente y espíritu y ser mejor persona cada día. Cuando vibras en armonía porque has retomado tu camino, recorrido tus raíces y renacido sano y pleno. Cuando todo esto te pase, te vas a enamorar de la casa de barro, el templo sagrado, tu lugar de paz en el mundo.
La familia de Agó es un verdadero semillero de artistas y creativos: hijos, nietos, hermanos. Sus nietos: Helena, Nicolás y Jazmín heredaron de su familia ese fusionarse con la naturaleza: correr por la playa, pasearse por Casapueblo y admirar su puestas de sol, alimentar a los animales de la chacra con biberones y también pintar, bailar, escribir, escuchar un candombe. Helena ama el mar y los animales, Jazmín escribe y pinta, Nicolás siente devoción por los tiburones y los dinosaurios. Imposible no ir directo a la fuente de los gustos de estos niños!
Una de sus nietas, Jazmín escribió esta poesía
Rainbows
Rainbows come from the sky!
They have the colors that we all love! And they are seven!
So they are lovely colors; rainbows come from the tears in the white bright clouds
And the bright Yellow sun when they show Up at the same time the rainbow shows up too!
Deep inside we know
Rainbows are part of the Earth too
Jazmín Novick (2021)
Yo que trabajo con niños no dejo de asombrarme de su infinita capacidad para decir lo que sienten con tanta claridad y pureza. Jazmín- sin entrar en la interpretación de su poema ya que (para mí) es la mejor manera de arruinarlos- nombra los colores, el sol de su bisabuelo y su abuela.
Volviendo al templo…
En el octógono se realizan actividades para alimentar la mente y el espíritu: talleres de yoga, de danza, de crecimiento espiritual, cursos de Reiki. Los maestros son sin parangón: Ludovica Squirru (Horóscopo Chino), Foster Perry (Chamán Americano), Sandra Figueroa (Maestro de Reiki), Graciela Iriondo (Ángeles), Kitaro (Música) y Noor Mehelary (Ayurveda).
Agó aporta todo sus conocimientos sobre Arte Terapia en Mandalas. Ella comenzó a trabajar con el círculo hace añares (desde que pintó su primer sol junto a su padre) y decidió enseñar y transmitir sus profundos conocimientos a los demás. Así fundó, junto a Carina Beltrame (artista plástica rosarina), la primera escuela de mandalas en Rosario (Argentina) que ya lleva 17 años.
Tiene escuelas en Uruguay, Argentina y Brasil.
“Para mí fue sorprendente este trabajo ya que lo descubrí a través de la música clásica, durante mis meditaciones buscando respuestas en mi interior. Esto comenzó hace más de quince años, cambió mi vida”, confiesa Agó.
Agó define al mandala como contenedor de la esencia.
“Busco que cada uno pueda descubrir la creatividad que late en su corazón y, al encontrarla, se conecte con el amor, la paz, lo mejor de nosotros mismos”.
Como dice la artista plástica, el octógono está abierto de sol a sol, todos los días.
Yo, particularmente, entre nube y nube, me voy a hacer una escapada a mi interior.
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María Verónica Cabeza / IG @mariacabezawriter
