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Visibilizar el trabajo de la mujer, un imperativo

Marisa Escobar es madre de dos hijas, mujer que se sigue conociendo y descubriendo… curiosa, que está expectante ante cualquier oportunidad que se le presenta para seguir formándose a nivel personal y profesional. Que no dejó nunca de ir tras su pasión. Disfruta del proceso de la vida, con sabores y sinsabores. Marisa es una mujer que se siente libre de prejuicios sociales. Que vive sin temores, sin buscar la aprobación de nadie. Marisa ama la liberad, el diálogo, la empatía y las relaciones humanas. Marisa es una emprendedora. Con ella hablamos de sus logros y sus proyectos, luego de que tomara parte del curso de la academia AWE para mujeres emprendedoras, una iniciativa que nació desde Rosario al mundo, fruto de una asociación entre ARICANA y la Embajada de Estados Unidos.-¿Cuándo comenzaste este maravilloso y complejo camino de visibilizar el trabajo de la mujer?

-Desde siempre sentí que había un trato desigual entre la mujer y el hombre, yo le decía a mi mamá: ¿por qué no nací varón? Desde entonces tuve ese sentimiento de desigualdad absoluta, observaba en los permisos, juegos, deportes… los hombres hacían de todo y nosotras las mujeres teníamos que guardar “decoro”. En nuestros hogares y la sociedad, en mi preadolescencia y juventud, fuimos criados en esa cultura del patriarcado, pensando que teníamos que casarnos, tener hijos, criarlos… Esas emociones despertaron mi tan mal vista “rebeldía”, eso me impulsó a romper con esas estructuras.-¿Qué te movilizó a hacerlo?

-Yo siempre tuve la inquietud, desde joven… por todo lo que antes expresé, sumado a que venía de un pueblo donde el sistema patriarcal estaba muy marcado. Siento que hubo un momento en que desperté y vi la posibilidad de trazarme un camino en un mundo de hombres… Porque el mundo de la comunicación no escapa a los otros espacios laborales… A partir de allí, comencé mi independencia laboral entendiendo que tenía que armar mi propio camino, no sólo logrando mi independencia económica, sino también dándole voces y visualizando la realidad de mujeres que entonces no eran las protagonistas de nada.

-¿Estar en los medios de comunicación te ayuda a acercarte más a las mujeres?

-El hecho de trabajar en medios de comunicación logró un acercamiento importante de las mujeres, de y en distintos puntos de la provincia, la Argentina y por qué no el mundo, que al entender la temática y encontrar un espacio donde puedan visualizar su emprendimiento, sus historias… donde encuentran que la empatía con otras mujeres hace que, cada una, comience a comunicarse y acercarse a este proyecto que actualmente es no sólo difusión, sino también formación, por las actividades que realizamos, a través de Encuentros de Mujeres (Networking) en diferentes localidades de nuestro territorio provincial y nacional. La avidez de conocer: cómo seguir adelante con sus vidas personales, sus familias, emprendimientos y recursos que generan por comercializarlos… entre ellas ven cómo van creciendo en comunidad… Y eso logró comunicarse y extenderse a través de los medios de comunicación que, sin duda, generan extensos y fuertes lazos entre mujeres, comunidades… culturas.-¿Cuál fue el desafío más difícil que tuviste que atravesar?

-A nivel personal, cuando desde mi pueblo helveciano me trasladé a Santa Fe, por cuestiones económicas, tuve que buscar trabajo y era muy común en esos tiempos el acoso laboral, con tan sólo 17 años, sin la información que en la actualidad se maneja, sin querer preocupar a mis padres de estas situaciones, sin contarles a mis amistades por vergüenza -porque siempre es la mujer la que busca, la que por algo será-; regresé a mi pueblo a estudiar la única carrera que había, que era la docencia (profesión que terminé amando) pero sin bajar los brazos, me recibí pero mi objetivo era otro, y con ese título regresé a la ciudad de Santa Fe, conseguí trabajo de docente para pagar mis estudios y retomar mi carrera de comunicación. A nivel profesional, cuando acompañé a una mujer víctima de violencia en este vía crucis de hacer denuncias, buscar pruebas… estar y sentirme desprotegida por un sistema que hasta hoy se sigue manejando como si la mujer no existiera. Fue luego de haber hecho, esta mujer, la denuncia pública en mi programa de radio, que recibí una amenaza diciéndome que “si no dejaba el caso la iba a pasar muy mal”. Por meses estuve con custodia policial…-Y si hablamos de logros, ¿cuál es tu mayor orgullo?

-Es poder dar testimonio de lo que soy, no sólo ante mujeres sino ante mis hijas… puedo dar testimonio con mis propias acciones porque aprendí a valorarme, quererme, respetarme y es la única forma en el que los demás puedan hacerlo conmigo. Es recibir mensajes de mujeres que expresan con el alma lo que sienten cuando asisten a nuestros encuentros o escuchan nuestro programa radial; saber que dejás una semilla en cada una de ellas. De esta manera hago un aporte a la sociedad, para lograr la diversidad, la integración; informando, brindando herramientas para fortalecer sus emprendimientos, tratando temas interesantes para adaptarse y crecer en esta sociedad actual, tan desafiante, donde la tecnología y la formación es sumamente importante.

-A tu criterio, ¿cuáles son las mujeres que necesitan más visibilidad?

-Todas, todas necesitan visibilidad… porque cada una con sus historias de vida aporta y enriquece a la otra, aunque sigue siendo preocupante la cantidad de mujeres que continúan dentro de un discurso patriarcal. Insisto, es preocupante saber que, a pesar de que se considera a una sociedad igualitaria y tolerante, aún existe un núcleo de mujeres que se mantienen en la marginación, no son valoradas, no son respetadas, no asumen cargos dirigenciales… tienen un techo de cristal. Ahí es donde debemos seguir trabajando. Hay que continuar acompañándolas en el proceso, para potenciarlas, para que logren su independencia económica, para que puedan tomar decisiones y asuman el protagonismo sobre sus propias vidas. Que decidan por ellas, que se sientan libres de tomar las decisiones que quieran a nivel laboral, personal y algo no menor, sexual. LIegó el momento en el que, en el “Siglo de la Mujer”, más debemos defender nuestros derechos logrados y asumir nuestras responsabilidades, es hora de que participemos del mundo vital, de los hechos donde somos protagonistas, sabiendo que podemos superar todos los obstáculos que nos imponen las costumbres y la sociedad, sólo así podremos ocupar un lugar destacado dentro de la sociedad y podemos asumir tantas o más responsabilidades como los hombres, en los diferentes ámbitos: laborales, políticos, empresariales, profesionales, artísticos y de cualquier naturaleza.

-¿Cómo conociste AWE?

-Conocí AWE a través de una ex alumna que me contó su experiencia y pude visualizar su progreso en el antes y después de AWE.-¿Qué te impulsó a entrar en AWE?

-Al igual que le digo a las mujeres en las charlas, la importancia de los encuentros no es sólo la del perfeccionamiento, sino la de generar redes y vivir nuevas experiencias; también lo aplico en lo personal: “Nadie llega más lejos de lo que sus contactos se lo permitan”. Sentía curiosidad en saber qué podía aportarme AWE para mis proyectos.

-¿Te aportó herramientas y recursos para ayudar a las mujeres emprendedoras?

-Indudablemente me aportó herramientas nuevas e importantes. Recursos que hicieron que agudice mis proyecciones y los aplique a la hora de formar a otras mujeres. Pude autoevaluarme, evaluar a mi equipo… enriquecer el proyecto y, lo más importante, conocer un grupo de profesionales y mujeres increíbles del cual me siento orgullosa de ser parte.-Como dice Galeano, es imposible alcanzar la utopía pero nos ayuda a ir cumpliendo nuestros sueños, ¿cuál es tu próximo sueño?

-A nivel personal, viajar por el mundo entero y también poder dejarles a mis hijas el mensaje de que vayan tras sus sueños; que, cuando realmente se quiere, se puede. Que el camino es amarte, respetarte y descubrir la pasión que llevás adentro. Que se sientan libres de esos prejuicios que tiñeron nuestras vidas de oscuridades y puedan ver la luz, que es nada más ni nada menos que la independencia económica y emocional. A nivel profesional, mi sueño es formar una fundación, cuyo proyecto ya está presentado, para poder crear un Instituto de Mujeres Emprendedoras. El Instituto de Formación Integral de Mujeres Emprendedoras, donde se contemplen todas las cuestiones que trabajamos en nuestros encuentros y aplicar, teniendo como fortaleza, la base de datos de años de trabajo y experiencia con mujeres; sabiendo lo que necesitan y el know how, fortaleza que tiene Mujeres Emprendedoras Santa Fe.