Por Verónica Surin (#)
La menopausia viene asociada a una serie de inconvenientes, como pesadez e hinchazón de las piernas, constipación, disminución de la diuresis, infección recurrente en la piel de los miembros, fundamentalmente. Todas esas situaciones se ven mejoradas con el DLM (drenaje linfático manual).
Asociado a la sensación de bienestar y placer que genera el desplazamiento de los fluidos corporales, influye también en proporcionar un buen descanso habida cuenta que permite y facilita conciliar el sueño.
Voy a comenzar contando un poquito de la historia del drenaje linfático Vodder. Allá por los años 1932-1936, en París, Emil Vodder y esposa completaron y perfeccionaron la técnica del método de DLM tras años de investigación. Sin embargo necesitaron unas décadas más para poder escribir un manual sobre la técnica.
Con base en cursos y conferencias a través de toda Europa, y valiéndose de láminas ilustradas y apuntes recogidos en unos cuaderno de trabajos, consiguieron dar a conocer su método. Esto lo lograron en una época donde la fisioterapia ignoraba el sistema linfático: eran, sin dudas, unos adelantados en su época.
Hoy en día del drenaje linfático es usado en una variedad de patologías y también en la estética.
La unidad funcional es el linfangión, que es el segmento de vena linfática limitado por una válvula proximal y otra distal. Esta circunstancia permite la circulación de la linfa, superando la ley de la gravedad sin inconvenientes.
Las venas linfáticas transportan todas las macromoléculas que de retornar por el sistema venoso común podrían desencadenar una obstrucción de los capilares pulmonares. Todas las venas linfáticas hacen estación en un ganglio linfático, donde esas macromoléculas son destruidas por las enzimas de los lisosomas de los leucocitos del ganglio.
De esta forma la linfa emerge del ganglio como agua cristal de roca. Sin impurezas. Toda la linfa de los miembros inferiores y del tronco hasta la línea del ombligo confluye en el conducto torácico y desemboca en el sistema venoso a nivel del confluente Yúgulo Subclavio. El resto de la linfa de los miembros superiores, del cráneo y del tórax se reúne en la gran linfática y desemboca también en el confluente Yúgulo Subclavio.
La circulación linfática tiene un automatismo que el DLM estimula con sus acciones. La entrada de la linfa a un linfangión ejerce presión sobre su pared, provocando la contracción de la pared muscular y de ese modo abre la válvula proximal y cierra la válvula distal.
Lo mismo ocurre en el linfangión proximal y así sucesivamente hasta el ganglio regional. Toda la linfa de los miembros inferiores confluye en los ganglios de la ingle y los de los miembros superiores en los axilares. La región inferior del abdomen también se dirige a los ganglios de la región inguino-crural.
En la menopausia el automatismo del linfangión va perdiendo energía, con la consiguiente rémora linfática que ocasiona pesadez de miembros inferiores; alteraciones de la piel, que se vuelve fría y seca; edemas duros, dolorosos; constipación, y desórdenes digestivos. El mismo cuadro en miembros superiores: cefalea, mareos. El DLM restituye la circulación linfática, mejorando toda la signo-sintomatología antes descripta.
Con sesiones de este método logramos mejorar y atenuar todas las consecuencias relacionadas con esta etapa, a nivel estético y emocional.
(#) Cosmetología facial y corporal, Mat. 0135-2 / Técnica en Drenaje Linfático Vooder desde 2001 / 26 años de experiencia / Venta y tratamientos con productos Germaine de Capuccini.
