En la actualidad vamos conociendo y actualizando más prácticas sexuales, en donde en algunas se busca el simple hecho de estar y experimentar un estado de adrenalina, en otras es estar con personas totalmente desconocidas con lo cual si estas en pareja, sería una seguridad de no extorsión.
Pero lo que prima en estas nuevas formas o prácticas adrenérgicas es la libertad sexual, pero donde jamás interviene ni el romanticismo, ni el amor, ni siquiera en muchos de los actos sexuales verse las caras. Hay un total y absoluto anonimato de los participantes.
Estas experiencias extremas, se realizan en locales aquí bajo supervisión y control para garantizar una óptima experiencia para los participantes, o en su variante más salvaje, en lugares públicos: un parque, baños públicos, un estacionamiento, áreas de descanso de las autopistas, callejones, vestidores de locales de ropa, subterráneos, ómnibus, playas, etc. En estos lugares se les suma la adrenalina de no ser descubiertos.
Estoy hablando de dos términos: ‘cruising’ y ‘dogging’. La diferencia entre ambos es que el primero se refiere a encuentros estrictamente entre homosexuales o personas a las que les apetece mantener una relación esporádica con alguien de su mismo sexo. Por su parte el dogging es realizado exclusivamente por individuos heterosexuales.
El origen etimológico del término cruising es algo confuso: hay quien defiende que proviene del neerlandés ‘kruisen’ cuyo significado es ‘cruz’ y hace referencia a dos personas que se cruzan en un lugar o cruzan sus miradas, dándose el consentimiento para practicar sexo casual. Éste a mi criterio es el que más se asemeja a la realidad de la práctica sexual descripta.
Debido a la variedad de Apps para tener encuentros sexuales el cruising ha dejado de ser una práctica sexual de ir buscando cómplices en miradas y deseos sexuales esporádicos, para pasar a la categoría de fantasía sexual.
Precauciones a la hora de practicar el “sexo cruz de mirada y deseo”, elige lugares en los que haya bastante gente, no lleves a desconocidos a tu casa, ni subas en autos de desconocidos, no des mucha información sobre ti, no te dirijas a zonas peligrosas como obras en construcción, casas abandonadas, barrancos, etc., evita llevar objetos de valor o mucho dinero, mantén las relaciones de forma segura (preservativo)
En cambio el dogging es la práctica sexual que se refiere a tener sexo en lugares públicos y contar con un público que pueden ser simples “voyeur” o pueden llegar a participar en el acto sexual, todos, pero de a uno por vez. La característica principal es que al dogging lo comienzan parejas formales heterosexuales.
Los lugares en los que habitualmente se lleva a cabo suelen ser parques, playas, baños públicos, áreas de servicio o zonas urbanas, generalmente son lugares a media luz.
La forma más habitual es que esta pareja comience a tener sexo dentro del automóvil, mientras otros se acercan para mirar o participar.
Existen algunos códigos o señales: si las puertas o ventanillas permanecen abiertas, el que se acerca puede participar; si la luz interior del auto está encendida significa que sólo quieren ser vistos; si la puerta queda abierta, hay vía libre.
Las reglas del encuentro: Ser adulto con acuerdo voluntario entre las partes, mantenerse en el anonimato, tener respeto entre las personas que participan, estar alejados de lugares concurridos, no entrometerse si no se es invitado a participar, guardar agendas o celulares para no ser luego ubicados o ser víctimas de chantaje, o sea filmados, muchos utilizan antifaces, tampoco conviene llevar objetos de valor y usar preservativos.
En cualquier tipo de práctica siempre voy a recomendar el uso del preservativo para prevención de enfermedades de transmisión sexual. Y el acuerdo de las partes que intervienen y el respeto a las reglas que tienen cada una de las experiencias sexuales descriptas.
