Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Consecuencias del género, cuando el hombre es visto como un trapo

Vivimos en una sociedad que históricamente se mueve en los extremos, hoy estamos atravesando un movimiento importantísimo que dará un cambio de paradigma posicionando a la igualdad como eje principal de una sociedad futura más, sana y equitativa.

La dificultad es que en los tiempos que corren (desde hace bastante) se desprecia en una gran parte a los varones, por el solo hecho de serlo.

Aristóteles en su Ética nicomaquea , habla de lo imprescindible que es llegar siempre a un Justo medio, pero que llegar aquí lleva mucho esfuerzo porque hay que ir de un extremo a otro para luego poder conciliar y consensuar ese medio que equilibra.

Sabemos que nunca podemos estar en la exactitud del Justo medio, siempre habrá un desbalance entre los opuestos.

Uno de los grandes problemas es que como individuos hemos perdido la prudencia, amabilidad y empatía. Obvio no todos los sujetos que conforman la humanidad.

Siendo lo más penoso la pérdida de justicia, ahora pareciera que cada Ser utiliza su propia justicia en función de su punto de vista o su patología.

En este desbalance hay abusos, violencia e inequidad en ambos géneros, pero es el varón quien muchas veces es juzgado desde la arbitrariedad de la mujer.

Y esto se ha convertido SI, en una generalidad social tristemente.

Muchos varones llevan años de silencio debido a que si habla y cuenta que es manipulado, golpeado, o abusado psicológicamente primero nadie le cree, segundo es muy difícil que la Justicia; como ordenadora del límite que se traspasa puertas adentro, también evidencia un gran vacío legal/social.

Y … ¿Porqué?

Porque estamos aún atravesados por lo patriarcal. En todas las aristas que conforman las estructuras societarias, y familiares.

El hombre siente vergüenza de contar que es víctima de una mujer.

Seguimos luchando también quienes acompañamos a los varones con un sistema patriarcal y bullynista.

El caso resonante que últimamente puede marcar un antes y un después, es el juicio que emprende el actor Johnny Deep, donde cuenta su experiencia de violencia psicológica y física, en manos de una mujer.

Dos personas socialmente expuestas, famosas y con poder.

Uno de los puntos más importantes es la difamación, ya que ésta arruina a muchas personas de cualquier género.

La circunstancia es que generalmente el encargado de difamar es una persona que siempre tiene poder o muestra a lo largo de su vida una doble moral, se muestra como un ser bondadoso y en realidad es un ser repugnantemente manipulador, astuto y destructor. Con una pulsión de muerte y odio, que traspasa su piel.

Estos sujetos más allá de su psicopatía , también tienen la comorbilidad de padecer otra patología hablo en algunos casos del trastorno límite de la personalidad que está definido por “un patrón continuo de estados de ánimo, autoimagen y comportamientos inestables”. Y a su vez experimentan episodios de ira, depresión y ansiedad. También está caracterizado por un modelo de relaciones intensas e inestables con las personas más allegadas, con excesiva emocionalidad y búsqueda de atención.Cuando el otro o la otra no acude a estos “pedidos” ahí se desmadra el vínculo y el sujeto patológico desde el desorden estructural psíquico, revienta a su pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo, padres, etc.

Se tornan peligrosos/as porque no paran hasta verte arrastrado y desbastado/a.

La acción de este actor abre una luz en la equidad de que todos podemos sufrir violencia, abusos y manipulación.

Que no son condiciones específicas del género masculino, abre la posibilidad de que el patriarcado incluya la equidad y se empiece a habilitar una escucha activa y empática para todos los seres humanos.

Si estás en una relación en donde empiezas a dudar de tus acciones, emociones o conductas, es momento de salir rápidamente de ese vínculo. Pedir ayuda rápidamente porque generalmente quienes se vinculan con sujetos narcisistas, ególatras, y borderline vuelven a repetir. Porque es su zona de conocimiento y confort.

Si el otro que forma parte de un vínculo ya sea erótico afectivo, o afectivo en general te pone en duda tus pensamientos, empezás a cambiar para que no se enoje, estás modificando tu deseo por el otro y entraste en una telaraña que te irá cambiando día a día, hasta que desenredarte de este maquiavélismo se tornará muy difícil. Por eso detectar estas situaciones y buscar ayuda rápidamente, te evitará caer en la frustración y depresión.

Si dudas de ti mismo, corre… AHÍ NO ES!