Por Gaby Venesia (*)
Mi propósito es ayudar a empoderar a mujeres que se definan como emprendedoras y que tengan voluntad de cumplir sus sueños y escalar en sus negocios, a la vez que ganan independencia económica.
En 2017 asistí a una capacitación del Departamento de Estado de los Estados Unidos para Directivos de Espacios Americanos. En esa ocasión conocí el programa que sostiene de modo virtual asincrónico a AWE (Academy for Women Entrepreneurs).
Nunca olvidaré aquel día cuando a través de un video de presentación vimos a una mujer chilena que relataba su historia de vida con una gran sonrisa -eso me impresionó- porque detrás de su relato había mucho dolor.
Ella había sufrido violencia de género por parte del padre de sus hijos, tenía niños pequeños y lo único que sabía hacer era mermeladas. Decide producirlas y venderlas. Gracias a su comunidad de vecinas pudo salir adelante; sus niños iban por el barrio y alguien les proveía los frasquitos de vidrio, otra vecina hacía los sombreritos para poner en las tapas, pudieron crear una etiqueta y ella cocinaba cuando su pareja no se encontraba en la casa.
Se generó toda una comunidad, lo cual significó que esa mujer pudiese comenzar a vender y generar sus propios recursos y obtener su propio ingreso de dinero. Ya era una mujer libre, libre de la atrocidad que ella vivía y que pudo soportar con el objetivo de salir adelante para conducir la vida de su familia y ser una mujer nueva.
El video me dejó unos segundos de mucha introspección, mirando fijamente la pantalla con el rostro de aquella mujer que ahora podía sonreír con la satisfacción de haber logrado su sueño e independencia. Y reflexioné sobre la importancia del empoderamiento de nosotras, las mujeres. Y reconozco que lo que me moviliza cada día es ayudar y empoderar emocional y profesionalmente a otras mujeres.
Pasaron los años, siempre seguí participando en proyectos para mujeres emprendedoras, a la vez que seguí formándome con otras herramientas para entender el comportamiento de las personas. Me recibí de analista conductual, a la vez que dono mi tiempo como miembro voluntaria de Voces Vitales y OAME (Organización Argentina de Mujeres Empresarias).
A fines del año 2020, transitando la pandemia, me contactan desde la Embajada de los Estados Unidos en Argentina y me ofrecen conducir por primera vez en nuestro país la Academia para Mujeres Emprendedora (AWE) desde Rosario.AWE es una iniciativa de la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales (ECA) del Departamento de Estado de los Estados Unidos que se encuentra en más de 70 países del mundo.
Desde su primera edición, que inició en agosto de 2021, hasta la actualidad, cuando estamos dictando la tercera edición, puedo afirmar que AWE es una experiencia transformadora para las participantes.
En AWE la formación es holística: va desde el autoconocimiento, como el punto de partida para reconocer las fortalezas y debilidades que cada una tiene desde lo personal hasta erigirse en esa mujer emprendedora/empresaria, formada profesionalmente con las herramientas más actuales desde los modelos de negocios, metodologías ágiles, marketing digital, finanzas, ventas, participación en ferias, constitución de alianzas y marco legal del negocio.Los datos empíricos también ratifican mi propósito: Las mujeres realizamos el 66% del trabajo mundial, pero ganamos el 10% de los ingresos a la vez que representamos el 85% de las compras de los consumidores.
La Academia es posible gracias a un EQUIPO que me toca liderar, de mujeres talentosas y profesionales que comparten conmigo la pasión de trabajar por y para el empoderamiento femenino.
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(*) Ingeniera comercial especializada en gestion de organizaciones sin fines de lucro. Directora Ejecutiva de ARICANA, Centro Binacional Argentino Norteamericano y Head Coach de AWE ARGENTINA, Academia para Mujeres Emprendedoras. Entre mucho más, le apasiona el trabajo en equipo y la construcción de redes. Es madre de Sofía y Ciro.
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