Se conoce así a la aparición de trombosis venosa en las venas de la pantorrilla, debido a la poca movilidad de las piernas por el pequeño espacio con que cuentan los asientos de los aviones y el hacinamiento que se produce en la cabina. A esto debe agregarse la presurización y el estado de hidratación, el consumo insuficiente de agua o líquidos y la escasa humedad relativa que existe dentro de la cabina, que favorecen la deshidratación, con lo cual aumenta la viscosidad de la sangre.
Se estima que en general un 3% de los pasajeros sanos que realizan viajes en avión por más de cuatro horas, pueden llegar a presentar una trombosis venosa profunda.
Consejos médicos para prevenir este síndrome.
- Mover las piernas durante el trayecto, como mínimo cada media hora, para activar la circulación.
- Realizar algún ejercicio sencillo, como por ejemplo levantar la punta del pie con energía y mover los dedos durante unos segundos, apoyando el talón en el suelo, repitiéndolo periodicamente.
- Ponerse de pie y caminar cada dos horas.
- No colocar ningún equipaje en el espacio que queda debajo del asiento delantero, para estirar las piernas lo máximo que podemos.
- No ingerir fármacos hipnóticos ni pastillas para dormir.
- Consumir abundante líquido.
- Evitar beber alcohol porque produce deshidratación.
- Utilizar medias elásticas durante todo el viaje.
Nuevamente es importante la consulta con el médico flebólogo, sobre todo las personas que tienen factores predisponentes como son los mayores de 60 años, las embarazadas, la ingesta de anticonceptivos, los obesos y los fumadores, quien realizará la indicación correspondiente a cada caso.