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Enamorada de un belga y apasionada del turismo, de Rosario a Brujas sin escalas

Hola a todos los lectores de La Revista del Siglo.

Mi nombre es Flavia y nací en Rosario. Viví muchísimos años a pasos del parque Urquiza.Desde jardín hasta el secundario estudié en el colegio Americano, así que la calle Pellegrini con sus riquísimos helados estará siempre en mis recuerdos.

En Argentina viven mis padres, mi hermano, su mujer y mi sobrino, también están mis mejores amigas, con las que sigo en contacto, con algunas más que con otras, en fin, tengo muchas buenas excusas para volver a Rosario, que siempre estuvo cerca.Allí estudié Turismo, primero hice el nivel terciario y luego la licenciatura en la Universidad del Salvador. Me recibí y trabajé muchos años en el sector turístico, principalmente en operadoras mayoristas de viajes y compañías aéreas.

Desde siempre me gustó viajar y afortunadamente por mi trabajo tuve la posibilidad de darme el gusto y nunca me cansé de subirme a los aviones y conocer nuevos lugares ni repetir los conocidos.

Allá por el 2008 viajando por Europa con unas amigas, llegué a Brujas por primera vez y conocí a un belga que a los pocos meses de mi regreso viajó para Argentina y me robó el corazón.

Y fue allí donde comenzó la aventura…

Primero vivimos un par de años en Brujas, la ciudad natal de mi marido, aclaro que el belga se llama Jorge. En la próxima les contaré por qué su madre le eligió ese nombre tan inusual en Bélgica.

Al principio me costó: nuevo idioma y cultura, extrañaba mucho a mi familia y amigas.

En el 2013 nos mudamos a Rosario y fue toda una experiencia para el belga.

Para mí fue muy lindo tener a todos mis seres queridos en una misma ciudad pero, evidentemente, yo ya no era la misma.En el 2015 volvimos a Bélgica con una caniche, Toy: Candy, también Rosarina, en la cabina del avión.

A los dos nos apasiona viajar y ya tenemos más de 30 países en la lista ¡y vamos por más!

Desde que volvimos a Brujas para asentarnos trabajé duro para volver a vivir de lo que me apasiona: el turismo. Hoy soy guía en español, inglés y portugués.

En el 2018 nace TOUR-LOCAL una empresa de turismo receptivo adonde recibo a los viajeros que llegan de diferentes partes del mundo. Disfruto ofreciendo experiencias personalizadas y tours específicos que fui armando a partir de los gustos y necesidades de los turistas que he atendido durante todos estos años.Me gusta que la gente conozca el lado “B” de las ciudades, ofrecer experiencias diferentes como tours en bicicletas por la campiña flamenca, bordeando canales y cruzando puentes y molinos de vientos. O paseos temáticos cómo la ruta del chocolate en Brujas o la de las diferentes cervezas de Gante.

Hoy puedo decir que Brujas es mi ciudad en el mundo, para los que no la conocen es cómo viajar por el túnel del tiempo y trasladarse a un pueblo medieval…

Tiene la tranquilidad de una pequeña ciudad pero con todo lo que necesitás para vivir bien.

Todo queda cerca, en una hora de tren estás en Bruselas – la capital – y con los trenes rápidos en dos horas y media llegás a París o Amsterdam.

Vivir sin el tráfico y la locura de las grandes ciudades la vida baila a otro ritmo.

Mi bicicleta me lleva a todos lados. Ya que la ciudad está súper preparada para los ciclistas.

A pocos kilómetros está el Mar del norte, y Brujas tiene puerto con terminal de cruceros.

En la Edad Media, Brujas fue una de las principales ciudades comerciales de Europa, conocida como la Venecia del Norte por sus puentes y porque tenía salida natural al mar, fue por eso que Flandes fue una ciudad tan próspera. De hecho, el nombre de Brujas -Brugge- se cree que deriva de la antigua palabra escandinava «Brygga» que significa «puerto» o  «lugar de amarre»

Brujas no tiene nada que ver con Brujas, simplemente fue una traducción fonética.

Pinturas y tapices flamencos decoraban los castillos más conocidos de la época.

Pero todo tiene su apogeo y también su fin… A finales del siglo XVI Brujas pierde la conexión natural con el mar y todo el poder se traslada para Amberes.

Fue una ciudad “abandonada” durante más de 200 años y fue gracias a este abandono que hasta el día de hoy se conserva tan bien su casco antiguo, por eso la UNESCO nombró todo su centro antiguo patrimonio de la Humanidad.

Recorrer sus calles adoquinadas y cruzar sus puentes y canales te transportan a otra época.

Si quieres saber más sobre Bélgica y su cultura o ver fotos y vídeos me puedes seguir en Instagram @flainbruges. Y si tienes pensado viajar a este mágico rincón de Europa, puedes enviarnos un email a nuestra web www.tour-local.com solicitando información sobre los tours que ofrecemos y respondemos todas las consultas que quieras hacernos.