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Lelio Zeno: “La esencia del acto médico es escuchar al paciente”

Lelio Zeno, Jefe de Urología del Sanatorio Parque y del Hospital Centenario, profesor universitario desde hace 40 años, habla en esta nota sobre los deberes de los profesionales de la salud y la trascendencia de la formación y la educación continua.

“Es un contexto difícil, hostil, que nos plantea nuevos desafíos”, asegura

Lelio Zeno está pasando un momento clave en su vida profesional. A poco de retirarse como profesor universitario después de 40 años de carrera, el titular de la cátedra de Urología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) acaba de ser designado como jurado para elegir a quien ejercerá ese mismo cargo en los próximos años en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). La responsabilidad de ser parte de esa designación lo llena de orgullo, y no es para menos, es un espacio que no se otorga habitualmente a un docente del interior.

Zeno es jefe del Servicio de Urología del Sanatorio Parque y del Hospital Centenario de Rosario y jefe del Equipo Quirúrgico de Trasplante Renal de esa institución médica pública. En su vasto currículum se destaca que fue presidente de la Sociedad de Urología de Rosario (cargo que ejercía cuando se realizó en Rosario el congreso argentino de la especialidad en 2004). Fue vicepresidente de la Federación Argentina de Urología y presidente del Círculo Médico de Rosario. Lleva 40 años de ejercicio ininterrumpido de la medicina tanto en la salud pública como en la privada. Y aunque la clínica y la cirugía lo apasionan, la docencia y la educación son el corazón de su carrera, asegura.

Zeno destaca la importancia de los recursos humanos y la inversión económica en el ámbito de la medicina. Más allá de los avances impresionantes que se han dado en las últimas décadas, del acceso a la tecnología, de la chance de acceder al mundo a través de internet, el profesional afirma que “los países que han sido capaces de superar grandes crisis son los que invirtieron en educación. Educar es un esfuerzo planificado, deliberado y sostenido para mantener la calidad intelectual y por ende, la calidad de vida”, afirma.

«La esencia del acto médico es escuchar al paciente, algo que siempre les digo a mis alumnos»

“Mirando hacia atrás, repasando mi carrera, puedo decir que me considero un especialista en urología atraído por la idea de abarcar al ser humano en su integridad. En esa mirada está la influencia de mis maestros, que fueron grandes modelos de identificación. La verdad es que en estos cuarenta años tuve que enfrentar cambios sociales y culturales muy profundos. Y en lo que a mi especialidad respecta, viví la subdivisión de la urología, la explosión tecnológica que hizo creer a muchos que la máquina, o la cirugía robótica, podían sustituir la tarea médica o quirúrgica”, menciona Zeno.

Para el urólogo, la medicina que se viene va a requerir de profesionales “altamente capacitados, pero no en lo tecnológico, o no solo, sino básicamente en lo humano. Sin dudas ese camino no va a estar libre de dificultades, de tropiezos, pero estoy convencido de que es a través de un esfuerzo mancomunado de todos los actores de la vida universitaria. En primer lugar ese esfuerzo es de nosotros, de los profesores, pero también de las autoridades y en especial de los estudiantes. Seguramente si entendemos esto, juntos vamos a poder enfrentar lo que sea, siempre en un contexto de absoluta honestidad intelectual y despojados de todo dogmatismo”, refuerza.

Respecto del ejercicio de la profesión, Zeno no esquiva las problemáticas, y suma críticas: “Hay médicos que sólo se limitan a pedir exámenes complementarios sin siquiera tocar al paciente, sin escucharlo. La gente se queja mucho de eso. Sin dudas la tecnología hace su aporte, pero es la mirada y la capacidad del profesional la que marca la diferencia. La esencia del acto médico es escuchar al paciente, algo que siempre les digo a mis alumnos”.“En esta etapa de mi vida quiero seguir aportando para que los médicos se capaciten, para que jamás olviden que detrás de todo paciente hay un familiar, un ser querido que también debe ser escuchado y contenido. Nadie es buen médico si no tiene en cuenta lo filosófico y lo humanístico en la medicina”, profundiza.

Zeno agrega: “Les pido a los estudiantes que interroguen, que pregunten, les pido que no interrumpan cuando el paciente habla de sus vivencias, de lo que está sintiendo. Que no dejen de pensar en cuál es la situación anímica de esa persona, y que le hagan un buen examen físico. Yo estoy seguro de que con esas pautas se logra el 90% del diagnóstico. Lo demás, lo complementario, lo tecnológico es válido, pero no es lo fundamental”.