En una mesa de un café muy conocido de nuestra ciudad, y decorado con un hermoso bouquet de flores Liberati, me encontré con las hermanas Nara y Ana Tarrés. Entre charlas, risas, preguntas, respuestas y también más café se fue pasando el tiempo de la mejor manera: queriendo saber un poquito más sobre sus vidas, el comienzo de una florería emblemática de Rosario.
Ellas me contaron que sus bisabuelos hace 55 años comenzaron con un jardín de plantas, y fue su bisabuela la que se orientó hacia la rama de la florería, con dos locales: una florería en Arroyito y el vivero en Alberdi. María Andruccetti (bisabuela de las chicas) fue pionera con los arreglos florales: viajaba muy seguido a Buenos Aires para capacitarse en el armado de flores naturales.Sus bisabuelos tuvieron cuatro hijos, de los cuales tres se dedicaron al negocio familiar y abrieron otra florería en Alberdi, que es donde se encuentra actualmente. Uno de los hijos era el abuelo (“nuestro Nono”, como dicen ellas) de las chicas, y a la vez sus hijos siguieron con el legado.
Hoy Liberati se convirtió en un negocio totalmente abierto a la familia y al que cada uno le presta su tiempo en la medida de lo posible: Nara y Ana, junto a su madre, que se capacitó en la Escuela Iberoamericana de Arte Floral, son quienes están al frente de la florería.
Ana siguió los pasos de su madre y también estudió en la mencionada escuela, que tiene su sede central en España. Nara a su vez se encarga de la atención al público, la publicidad, los proveedores y todo lo relacionado con lo comercial.
“No deja de ser un trabajo artesanal”, me cuentan ellas; “aunque esté profesionalizado, pretendemos darle al cliente lo que desee, cada toque, el color preferido es decir que el ramo sea único para cada persona, que el que lo reciba sienta la atención y el cariño en ese arreglo floral, desde el packaging hasta el diseño, cada ramo es diferente”, sonríe Nara, orgullosa del trabajo realizado. Hoy están tomando pedidos de todas partes del mundo y llevan los ramos personalizados donde y a la hora que el cliente lo desee; también ese detalle hace al funcionamiento de la empresa, junto con la inversión que realizaron en el local en plena pandemia: “Apostar a la empresa familiar y aggiornarnos a cada momento, en cada circunstancia, y seguir adelante más allá del momento que nos encontremos es una de las características de la florería Liberati”.
Me cuentan muy emocionadas cómo en días especiales, como el Día de la Madre, la familia entera -primos, hermanos, hijos, tíos, abuelos, esposos- se une en diferentes roles para que en esa jornada la florería esté a la altura de los clientes y pueda cumplir con los diferentes pedidos.
“No dejamos de capacitarnos”, dicen al unísono, “es por eso que queremos entrar al curso AWE para tener más herramientas y nuevos recursos, para seguir trabajando de la mejor manera, interiorizarnos en temas como economía, marketing, publicidad, no estar ajenas al mercado. Todo lo que es innovar a nosotras nos entusiasma”, me dice Ana ilusionada con el curso de la Academia de Mujeres Emprendedoras.Les pregunté cómo supieron de AWE: “La publicidad y también muchas conocidas nos recomendaron, felices por sus logros en AWE, entrar ahora en septiembre, cuando comienza el nuevo curso”.
Seguimos hablando y llegué a mi pregunta favorita, la utopía. Sabemos bien, como dice Galeano, que es imposible llegar a ella, pero nos ayuda a ir cumpliendo nuestros sueños. Tanto Nara como Ana se emocionan al hablar de la florería, porque las atraviesa en toda su dimensión: es parte de sus historias, de su familia y el primer logro fue no sólo no cerrar en plena pandemia, sino el crecimiento exponencial que lograron pese a ella. Eso las entusiasmó para seguir con sus objetivos: no se detienen en el camino y siguen creciendo.
La respuesta a esa pregunta, entonces, tiene que ver para ellas con abarcar cada día más, estar presentes con sus bouquet de flores en diferentes espacios de nuestra ciudad, sumar tecnología para que la venta sea más sencilla, que la florería Liberati que fundaron sus bisabuelos con tanto amor pueda trascender y seguir de pie con el reconocimiento de la gente.
Al escucharlas supe que van a lograr todo lo que se proponen, porque el amor de ellas hacia la florería es el principal motor para cumplir sus sueños. ¡Adelante chicas que ustedes no tienen techo!
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