Quiero ser nariz u oreja, un órgano que no esté tan expuesto al cuerpo.
Las extremidades pesan, todo lo que hay entre el cuello y la ingle duele o molesta, y la cabeza, piensa, sin descanso.
De la presencia del cuerpo no hay vacuna que nos salve.
En cambio, la nariz, o las orejas, no sé yo…
Pareciera que no molesten tanto; sus funciones a veces sí: se escucha y se huele cada cosa que ni te cuento, pero la función no hace al órgano, al menos en este caso.
Es por eso que quiero ser nariz, u oreja.
Y eso que mi nariz no es cualquier cosa.
De las orejas no se bien que decir, nunca me duelen como órgano, lo que sí me duelen son cosas que escucho últimamente.
En términos generales es como que me cansé del cuerpo, por un ratito que goza, un ratazo de dolor, de pesadez… está descompensado el asunto, al menos más allá de los 60, bueno ahora hasta los 69, menos mal que alguien puso humor y buen gusto al asunto.
Por eso.
Quiero ser nariz. U orejas.
¿O será el “soy” el asunto?
A lo mejor si soy nariz u orejas me empiezan a doler.
Mejor me quedo como estoy.
Aunque con unas ganas tremendas de ser nariz, u orejas.
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Shabat Shalom
Se viene la segunda parte, para los que no les quedó claro de lo que hablo…..