Siempre que hablemos de abuso vamos a estar describiendo una situación en donde una de las personas de esa diada se encuentra en inferioridad de condiciones y la otra puede poseer poder u obtener autoridad. Como así también diferencia de conocimientos que implican que la víctima no comprende en significado del hecho.
El abuso infantil incluye una serie de maltratos GRAVES que van desde el abuso físico, verbal , emocional y sexual. Pudiendo padecer uno, algunos o todos.
Como adultos socialmente responsables debemos estar atentos a los niños y niñas que puedan o sospechamos que puedan estar padeciendo alguno de estos abusos. La infancia es el lugar donde se forjan los adultos, es una cascada de cristal en donde se anidará un adulto que puede ser víctima o victimario.
La mayoría de los abusadores son miembros cercanos a los infantes/ adolescentes, y están en su ambiente inmediato pudiendo ser el padre, madre, tíos, hermanos, abuelos, vecinos, cuidadores.
El abuso físico es el que comprende el uso de la fuerza, generalmente estos núcleos familiares también están bajo el encuadre de la violencia doméstica la cual yo llamó intramuros.
Abuso emocional es descuidar las necesidades del menor, comprende desde las necesidades básicas para sustentarse hasta el amor, el cuidado personal. Este abuso es también una de las formas más profundas y dañinas. Denigrar, ridiculizar, apodar y criticar al niño/adolescente le genera y cimienta un deterioro o nula la autoestima generando ausencia de habilidades sociales y dificultades en el aprendizaje.En el abuso sexual lo más habitual es que el agresor vaya trabajando desde tiempo anterior en lo que se denomina período de seducción, así puede acercarse a la víctima. El perverso siempre actuará con manipulación y generará estas conductas en su víctima: el secreto, desprotección, adaptación y revelación tardía. Lo que hace que el abusador/violador sienta al menor haciéndole creer que él tiene la culpa, sometiéndolo, responsabilizándolo y atemorizándolo. El niño sufre desprotección porque se encuentra en indefensión básica.
Los abusos y violaciones a niños y niñas adolescentes en el período de la cuarentena se han incrementado notablemente. Por eso no siempre estar en casa es un lugar seguro.
Las señales que debemos prestar atención:
Infecciones en el área genital u oral, sangrado anal/vaginal. Pueden tener trastornos en el habla, uno de los más frecuentes es tartamudear, dejan de comer y sufren alteraciones en el sueño o por el contrario hay exceso de peso, de sueño y encierro.
También pueden tender a repetir las escenas traumáticas con sus pares a modo de juego. Tienden evitar al agredir, pueden presentar situaciones de más llanto o angustia repentina e inexplicable, haber retrocesos en cuanto a la evolución de los efínteres y problemas de aprendizaje y atención.
La única prevención que tenemos es la educación sexual desde jardín de infantes, enseñar las partes privadas del cuerpo y que sus órganos sexuales no deben ser acariciados ni mostrados a nadie. Siempre se debe tender a generar un vínculo de confianza con un adulto responsable.
Respetar al niño cuando no quiere ir o estar con alguien.
Y grabate esta frase EL NIÑO JAMÁS MIENTE por favor jamás desacredites su dolor…