Cuando conocemos a alguien y nos ponemos en un vínculo estable, queremos pasar el mayor tiempo posible con él o ella, parecen que las agujas del reloj van más rápido que el tiempo.
Generalmente estamos pendientes del mensaje, de una llamada para saber que esa persona también siente la misma emoción que nosotros. Es el momento de la intensidad apasionada, la etapa en donde parece que todo se asemeja a fuegos artificiales.
¿Qué es lo que mata el amor? Que ha sucedido para que desaparezca esto que nos llenaba de placer y adrenalina
Algunas parejas caen en una etapa de estancamiento en su relación, en la que se sienten desmotivados o desinteresados e incluso aburridos por estar en ella.
La rutina en la relación de pareja, es una situación por la que la mayoría de los vínculos atraviesan, es propio de la evolución de su relación. Es normal y habitual, que esta etapa aparezca en el vinculo, obvio no hay un tiempo estimado de cuando va hacer incursión cual tercero en discordia. Además, las parejas suelen atravesar por varios ciclos de enamoramiento-desenamoramiento.
Cuando la rutina hace su aparición puede que ambos la detecten, pero por las dudas prefieren callar y dejan que el otro integrante active, como si tuviera una bola de cristal cuando no lo hemos expresado. Y esto hace que se prolongue en el tiempo, generando una sensación de aburrimiento en ambos miembros.
Poco a poco, suele ocurrir un distanciamiento emocional entre ambos, una sensación de estar en pareja pero sentirse en soledad.
El automatismo en la relación de pareja, es un enemigo importante. Puede terminar agotando esa relación.
Por eso es importante hacerse cargo y hablar. O sea cuando alguno de los dos detecta que en la pareja empezó a aparecer la repetición y desaparición de la motivación e imaginación de hacer cosas juntos, salidas, encuentros.
Este es el momento de sentarse a hablar para poder ponerlo en palabras.
El aburrimiento es uno de los mayores detractores del amor, por eso cuanto más lejos, mejor. Habla con tu pareja sobre lo que sientes y de aquellas situaciones que te están molestando. Es la vía correcta para la evolución y crecimiento de la misma, sino este silencio se prolonga en el tiempo podemos terminar con la relación. Si ambos están de acuerdo el camino para resolverlo ya está empezado.Algunos de los síntomas de la relación va camino al estancamiento:
- Falta de comunicación: La comunicación se vuelve pobre, pensamos que los detalles ya no son relevantes para la otra persona, tales como besos, abrazos, gestos como una flor, un chocolate, se pierden los detalles.
- Falta de espontaneidad: en el devenir diario de cada uno de los integrantes se tiende a tenerlo todo muy estructurado y organizado. A veces tenemos todo tan controlado, que no dejamos terreno a la espontaneidad. Planificamos hasta cuándo vamos a tener relaciones sexuales. La vida se nos convierte en una agenda los 365 días
- Sexualidad aburrida: un punto esencial también es cambiar rutinas sexuales. No podemos protocolizar las relaciones sexuales. Siempre el mismo día, a la misma hora, de la misma manera, etc. Así el sexo se convierte en algo monótono y pierde interés. Aparecen las evitaciones del encuentro sexual, porque también se pierde la satisfacción y el placer
Para evitar que todo esto suceda lo primero que debemos hacer es hablar de lo que estamos sintiendo para encontrar nuevamente juntos la ruta para encausar la pareja desde todas las aristas que conforman la misma.
Entonces lo que podemos hacer es volver a realizar actividades juntos Se trata de tener pasatiempos compartidos, retomar actividades de interés común ir al cine, pasear, realizar actividades que les gusten a los dos, salir a desayunar, armar actividades que nos arranquen del día a día, que al principio cuesta mucho poner en práctica nuevamente por que se ha desvanecido la imaginación también.Crear un espacio diario de comunicación, preguntar cómo le está yendo en su día, que quiere hacer cuando termine su jornada o proponer pasarlo a buscar a la salida, etc.
Retomar las expresiones de sentimientos. Muy a menudo, olvidamos decirle a la otra persona te quiero, que lindo/a estas, que bien te queda este color, halagar al otro. Dejar de ampararse en el “ya lo sabe”
Volver a los detalles, las sorpresas, las iniciativas es posiblemente una de las formas más activas, para destronar el aburrimiento que muchas veces se transforma en letal.