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El sol: amigo y enemigo

Gracias al sol hay vida en nuestro planeta. Además, los efectos beneficiosos del sol en nuestro organismo son indudables, tales como la sensación de bienestar por liberación de mediadores químicos y la formación de vitamina D, tan necesaria para la salud de nuestros huesos, entre tantos otros efectos favorables. Sin embargo, también son cada vez más conocidos los efectos perjudiciales de la radiación solar, ya sea en forma inmediata (quemaduras solares) como a largo plazo (envejecimiento cutáneo, formación de lesiones precancerosas o cancerosas de la piel). Por ello, en este breve artículo trataré de brindar algunas recomendaciones para evitar o minimizar los efectos indeseables de la radiación solar, abordando el tema en un lenguaje llano y en forma de sencillas preguntas y respuestas.

–¿Cómo podemos proteger nuestra piel de los efectos nocivos de la radiación solar?

–Son cuatro los factores que nos defienden: horario, ropas, protectores solares y sombra. En lo posible, convendría considerar que al menos dos de estas condiciones estén presentes en forma simultánea siempre que se permanece al sol.

–¿Cuál es el horario más peligroso al estar expuesto al sol?

–Ya casi todos conocen que es el mediodía la hora más riesgosa al respecto, pero como hay muchas variaciones según la época del año, la latitud, la longitud y la determinación de la hora oficial, una regla simple que tenemos los dermatólogos es decir “sombra más corta que el cuerpo implica riesgo alto mientras que sombra larga, riesgo bajo”.–¿De qué manera protegen las ropas?

–La ropa es nuestra primera línea de defensa contra la radiación solar. Nos resguardan mejor las prendas de más tramado, de fibras sintéticas o semisintéticas, gruesas y de color oscuro. Ya en muchas de ellas aparece etiquetas donde se informa el factor de protección solar que brinda su uso. Tener en cuenta que gorras, sombreros y lentes con filtro solar también contribuyen.

–¿Qué significa el número del factor de protección solar?

–Es el número de veces, expresado en tiempo, al que puede estar expuesta una persona expuesta al sol sin sufrir quemadura comparado con una exposición sin protección. Si un determinado tipo de piel, por ejemplo, se pone roja con 10 minutos de sol, el uso de un factor 15 significaría que en el plano teórico la protegería por 150 minutos. De todas maneras, los protectores solares duran en promedio unas dos horas. Los productos con factores de más de 50 brindan poca diferencia, en general, como protectores.

–¿Cuál es protector adecuado para cada piel?

–Depende de muchos factores, como el color de la piel, la actividad que se va a realizar, etc, por lo que lo recomendable sería la consulta profesional respectiva. Muchas cremas humectantes tienen incorporado en factor 15 de protección solar, lo que sería aceptable para las actividades cotidianas. Si se va a estar más tiempo expuesto, convendría por lo menos un factor 30 para la cara y al menos 15 para el cuerpo, aunque si la piel es más bien clara corresponderían factores de mayor potencia. Tener en cuenta que el protector debe colocarse unos 30 minutos antes de exponerse al sol y reaplicarse pasadas las dos horas, independientemente de su potencia. Los protectores solares en crema son en general más seguros que en spray, ya que se dispersan mejor y estos últimos se pierden parcialmente con el viento.

–¿Qué cuidados hay que tener con protectores solares?

No se recomienda su aplicación a menores de seis meses de edad. Si se aplican en spray hay que evitar su inhalación. Los protectores solares llamados “a prueba de agua” duran, según su composición, entre 40 y 80 minutos en caso de inmersión, por lo que deben reaplicarse más seguido. En algunos países está prohibido el uso de algunos protectores solares con determinados componentes químicos por el daño ocasionado el medio ambiente, sobre todo a los arrecifes de coral.

–¿De qué manera influye la sombra como factor protector?

–Toda sombra contribuye a protegernos. Por supuesto que no es lo mismo la tela poco tramada y delgada de una sombrilla que la de un árbol frondoso.

–¿Daña siempre la radiación solar?

–Sí, independientemente de la temperatura ambiental, contra lo que mucha gente cree. Además, tener en cuenta que en los días nublados también pasan radiaciones solares y que hay superficies que actúan como reflectantes, tales como agua, arena, piedras, nieve, cemento.

–¿Qué pasa en las regiones con mayor altitud?

–En zonas más altas la atmósfera, el filtro natural de la radiación solar, es más delgada y estamos más expuestos, por eso es más fácil “flecharse”.–¿Qué significa el bronceado para la piel?

–Es el oscurecimiento natural de la piel para tratar de defenderse de las radiaciones provenientes tanto del sol como de fuentes artificiales, como camas solares. Por eso decimos los dermatólogos que no hay bronceado sin riesgos.Espero haber sido útil con estas recomendaciones, a fin de tener un poco más de cuidado tanto para las personas que por razones de trabajo están más expuestas a la radiación solar como para quienes quieren disfrutar de momentos de ocio al aire libre. De esta manera disminuiremos los riesgos de lesiones agresivas y la piel lucirá más joven. Un consejo final: consultar ante cualquier lesión dudosa que veamos en nuestro cuerpo. No olvidar que casi siempre una lesión maligna de la piel se cura si se descubre y trata precozmente.